El Bahri Yanbu abandona Santander

La compañía saudí Bahri cada vez lo tiene más difícil en los puertos en los que recala, debido a las continuas protestas ciudadanas en todos los países europeos a acoger cualquiera de los barcos de esta naviera que transporta armas dirigidas a la Guerra de Yemen.

El rechazo a Bahri se extiende por todos los lugares que visita: el primero lo lideró el bombero Ina Robles en el Puerto de Bilbao, canalizado a través de movimientos como La Guerra Empieza Aquí o Pasaje Seguro en Cantabria, pero a él se han sumado otras ciudades, que ve con simpatía como más trabajadores en los puertos como él mismo se suman a esta singladura de la desobediencia civil.

Los estibadores de Marsella se han negado la semana pasada a cargar armas en este barco de la compañía estatal saudí que hace semanas estuvo en Santander. El barco provenía, en este caso, del puerto de Saint John, en Canadá, con una carga de vehículos blindados.

Pero no sólo en Marsella han rechazado la acogida del Bahri. El barco llegó tras ser rechazado también en El Havre (Francia) a Génova. Allí se reprodujeron las protestas de movimientos sociales y activistas por los derechos humanos, a las que se sumaron los estibadores. Estos llegaron a convocar una huelga para no realizar el cargue, que incluía un generador eléctrico para usos militares que se negaron a embarcar y que, en consecuencia, se quedó en puerto.

LA REBELDÍA DE ROBLES

Ignacio Robles, bombero de Bilbao que se opuso a colaborar en la venta de armas en el Puerto

Pero, ¿cómo se desató esta ola de rechazos contra el barco? Todo comenzó con un acto de rebeldía del bombero bilbaíno Ina Robles, activistas en distintas ONGs, que hace más de un año se negó a escoltar en el Puerto de Bilbao un barco de la compañía saudí porque las armas que embarcaría iban a acabar en la Guerra de Yemen. Una guerra que suma ya más de 17.000 muertos y 4 millones de desplazados, y en la que, según UNICEF, muere un niño menor de 5 años cada 10 minutos.

Robles, en declaraciones a El Faradio, recuerda que «hay que tener en cuenta que Arabia Saudí no fabrica armas, sino que se le proporcionan desde fuera, en gran medida desde Estados Unidos, pero también desde países como España, Francia e Italia». «Esto nos hace cómplices como país de la masacre de Yemen, pero también cómplices a los trabajadores y las trabajadoras que colaboran en esos envíos», lamenta.

Y eso que su acción tuvo consecuencias sobre él: su mera negativa a la carga de este barco en Bilbao, pese a provocar un mínimo retraso de 14 minutos en su salida le acarreó expedientes laborales e intentaron dejarle sin trabajo durante seis años.  Pese a eso, Ina Robles, insta a los trabajadores a que «se nieguen a que los obliguen a ser cómplices de estas masacres».

El bombero advierte de que «el Gobierno español juega un importante papel en este conflicto, ya que está muy interesado en la llegada del Bahri» por la relación comercial que mantiene con Arabia Saudí.

Así, afirma que tras el envío de 400 bombas que “no iban a matar yemeníes” y terminaron matando a 40 niños en un autobús escolar, surge una nueva justificación para el próximo envío de armamento: el Ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, ha asegurado que las armas no se usarán para la guerra de Yemen, sino para su exposición en una feria de armamento.

Ante todo, Robles se muestra indignado frente a lo que él considera un «blanqueamiento por parte del Gobierno y las instituciones».

«Se está intentando relacionar estos envíos de armas o qué pasaría si no se hicieran con una supuesta destrucción de puestos de trabajo», critica, en alusión a los argumentos que hablan de los puestos de trabajo que se perderían sin estos tráficos.

El bombero concluye que «si en España empezáramos a tomar un poco de conciencia sobre cuál es la situación real, y no nos dejáramos engañar por este blanqueamiento del gobierno, reaccionaríamos e intentaríamos evitar ser cómplices de esta situación tan injusta que provoca cientos de miles de muertes.»