CRISTINA ALONSO || TRABAJADORA SOCIAL

“Entre la realidad y la resiliencia está la esperanza”; “El cerebro es creativo y reacciona a la creatividad”; “Todos somos terapeutas, cada vez que uno se implica”…

Jornada de ASTEFAMCAN

Palabras de Barudy que clausuraban el pasado sábado 8 de junio, la primera jornada de formación de ASTEFAMCAN, a la par que nace de la mano de varias entusiastas profesionales, dicha Asociación de Terapeutas de Familia e Intervenciones Sistémicas de Cantabria, con el objetivo de cooperar, promocionar el estudio y la formación y potenciar el intercambio científico y experiencias en todo lo relativo a la terapia familiar, e Intervenciones Sistémicas

Roberto Pereira nos habló de violencia filio parental, un tema bastante tabú, que cuesta poner encima de la mesa, tolerar y aceptar, las dificultades de padres y educadores de hacer cumplir normas frente a la sobre protección imperante, la falta de coherencia de los modelos de referencia, la delegación de la autoridad y el resultado de la utilización de la violencia así como las distintas respuestas posibles ante la misma como la escalada, la sumisión o el efectivo uso del buen trato hacia la persona violenta. Descoloca y es más efectivo responder con un acto de amor (palabra amable o gesto cercano) ante una agresión que devolverla con la misma moneda.

Fernando López en lenguaje cercano nos tiró del hilo de la familia, del apego y la relación con las adicciones, la importancia tras investigar, de los factores del entorno que rodean a la persona, duelos de la familia, migraciones del campo a la ciudad como en la comarca del Besaya, el aislamiento que produce, la falta de redes, el padre que trabaja incontables horas en la fábrica y la madre sobrecargada pidiendo auxilio social, las lealtades con la familia de origen cediendo alguno de los hijos, todo lo que finalmente lleva a la persona a consumir..cocaína, heroína, alcohol, videojuegos o sexo… En terapia se plantea llegar a un consenso con la familia en cuanto a los conceptos, no vender recetas, quitar culpa, cuidar el lenguaje y reflexionar a través de conversaciones que sirvan para resolver en lugar de cronificar. El apego líquido dentro de una sociedad líquida impide y daña la identidad y la pertenencia, siendo más importante que reducir el consumo el cambio en el vínculo de apego. De la historia personal se deduce el calendario emocional, la coincidencia de sucesos, creando espacios para conversar y descubrirse. En la adolescencia acompañar al máximo y dejar vivir.

Pedro Arambarri, trabajador social de UTS de Cueto, nos habló de los modelos sistémicos en la intervención social y el poder de la comunidad, de la coordinación profesional, la supervisión y la importancia de las actitudes y valores propios para evitar proyectar con las personas con las que trabajamos. Aunque los factores institucionales y personales influyen, la demanda que nos llega es la que atraemos, según el tipo de respuesta que acostumbramos a dar. Las trabajadoras sociales informamos, apoyamos, asesoramos, valoramos, evaluamos, investigamos y mediamos en situaciones de conflicto con perfiles de personas con problemáticas que van evolucionando como por ejemplo los autónomos que fracasan y se endeudan, abuelos maltratados, ex reclusos, inmigrantes recién llegados, o familias más que multiproblemáticas, sin término que las defina. Es la emocionalidad la que favorece que nos juntemos para crear juntos redes que favorezcan el trabajo a través de un modelo como el sistémico.

Y Jorge Barudy, psiquiatra chileno nos insistió hasta la saciedad sobre su concepto de epigenética y cómo afecta el trato en el ADN, como es la traumaterapia sistémica, su metodología y las técnicas, existiendo centenares de ellas realizamos tres y compartimos las ricas experiencias tras ver un documental sobre la experiencia de un centro de Barcelona con menores con traumas y como se relacionan y expresan a través de la creatividad todos los implicados en el proceso. Existe una necesidad de dar sentido al comportamiento y la mirada sistémica posibilita la coherencia en la intervención profesional, sin necesidad de agobiarnos con expectativas o resultados a corto plazo. El desafío de buscar la singularidad, adiestrando el amor y la afectividad como poderosas armas que a través de una pedagogía lúdica y una creatividad sin límites promueven la sanación de dicho trauma. Las creencias tienen una influencia en la membrana celular y en el ADN y la transmisión transgeneracional afecta indudablemente como por ejemplo: cuando los abuelos son supervivientes de una guerra.

El síndrome de la estupidez humana incorpora creencias tales como que el niño necesita quedarse con la madre que lo parió sin valorar el daño irreversible que esto puede ocasionar en ese niño y más aún si tenemos en cuenta que los primeros años son determinantes de toda su vida. Los más pequeños tienen más derecho a la protección si cabe. La revolución es acompañar y tener una presencia con los hijos que posibilite un apego sano y equilibrado. Somos manada porque el sistema no nos va a regalar nada, la comunidad y la creatividad son indispensables y que no falte el humor…pues sube la serotonina…

Sea esta jornada el principio de algo más grande que posibilite una mejor intervención social, psicológica, educativa y terapéutica.

Mi más sincera enhorabuena a las personas que lo hicieron posible y a los ponentes.

Más información:

https://www.astefamcan.com/

https://www.featf.org/