María Luz Sánchez analiza la violencia española en la II Guerra Mundial
Este miércoles 19 de junio a las 19:30 horas tendrá lugar, en el Ateneo de Santander, la presentación del libro ‘Violencia política, trauma y memoria’, de la cántabra María Luz Sánchez Escalada.
Esta psicoterapeuta santanderina combina su trabajo con diversas actividades docentes y asociativas. También como perito judicial en psicología legal y forense, y es experta en la valoración del daño psíquico en víctimas, en especial de delitos violentos.
Asimismo, participa en conferencias y congresos en medios de comunicación como radio, televisión y prensa, con más de una docena de artículos sobre la materia.
Es fundadora y presidenta de la asociación profesional en conflictología y victimología (APICV) de Cantabria, donde ha realizado una dilatada labor formativa a profesionales y población civil en el conocimiento de los mecanismos de la violencia: “psicología de la violencia: un enfoque trasversal”, “manejo de conflictos”, “prevención y valoración de la violencia psicológica en ámbitos familiares y laborales”, “violencia de género”, “violencia y comunicación”, entre otros.
Además, ha realizado proyectos de investigación psicosocial y actividades divulgativas como la producción del documental cántabros en Mauthausen: ‘El viento bajo la niebla’.
A sus comienzos en la escritura, con artículos de opinión y textos divulgativos en diversos medios, añade ahora su primer libro, “Violencia, trauma y memoria”, un trabajo de compilación e integración de más de quince años de investigación.
Este libro es un exhaustivo estudio de la causalidad histórica de la violencia política en Europa, en especial la causada durante la II Guerra Mundial, última barbarie desde la que ahondar en sus implicaciones psicológicas y socio-políticas actuales.
Un análisis comparativo del estudio de la violencia, del trauma y de la memoria entre las diversas naciones participantes más relevantes y en especial, el caso español, quien atrincherado en la democracia actual deja su pasado impune sin resolver, aumentando generacionalmente la victimología traumática.