El restaurante Cadelo celebrará este miércoles 10 su quinto aniversario y lo hace ya culminando el viaje desde las instalaciones que le hicieron popular en el Río de la Pila (el local con azulejos azules que en su día fue el Alegría) a un nuevo emplazamiento en la calle Santa Lucía (hacia el local donde venía estando la hamburguesería La Vaca Pasiega).

l  El motivo es la apertura de su nuevo local en la calle Santa Lucía en donde seguirá deleitándonos con las exquisiteces con las que ha conseguido una mención en la prestigiosa guía Michelín.

Al principio, según nos contaba  su propietario, Nacho Laherrán Velarde,, fue una apuesta arriesgada y por ello decidieron escoger un lugar pequeño.

“Parte del público de Santander es muy tradicional, son gente mayor que está acostumbrada a sitios más clásicos y de buen producto pero en donde las técnicas son más sencillas, sobretodo horno y plancha”, explica en una entrevista con EL FARADIO.

Desde entonces, la intención del Cadelo es traer técnicas, productos y sabores distintos que para muchos santanderinos son desconocidos.

El éxito de su proyecto y las complicaciones de un sitio tan pequeño (“La cocina del primer Cadelo, tendrá unos 5-6 metros cuadrados por lo que hacía mucho calor y nos dificultaba el trabajo»), le han llevado a tomar la decisión de abrir el nuevo local. De este modo, ha mejorado no sólo el tamaño del restaurante como también la acústica, las condiciones de los trabajadores y la comodidad para los clientes.

Nacho entiende que cualquier negocio, fuera de lo que fuera, no puede depender de una sola persona. El nuevo local le permite delegar en ocasiones aunque por ahora es más difícil debido a que están arrancando todavía.

El Cadelo tiene una carta con mucha rotación, cambia de platos cada tres o cuatro meses, dependiendo de la estación. De esta forma, utiliza ingredientes de temporada para que el producto siempre este fresco.  Ahora tiene algunas novedades, sin embargo, no ha querido hacer cambios muy profundos aún porque prefiere que el cliente, con la nueva apertura, se sienta como siempre, a gusto. Su intención es que disfruten igual que lo hacían en el anterior pero con más espacio, es decir, en un entorno más cómodo. Por ello, sigue el mismo sistema que en el anterior respecto a la cocina. De hecho, hay ciertos platos como la lasaña, las gambas a la sal, el steak tartar o las alitas de pollo muy picantes, que se ofrecen como sugerencia fuera de la carta porque cuando ha intentado quitarlos, sus clientes más habituales los reclamaron.

En general, realiza una cocina tradicional pero trabajando con ingredientes y técnicas nuevas e internacionales. Nacho Laherrán organiza sus vacaciones en base a los sitios dónde quiere ir a comer para aprender todo lo que pueda y después traerlo. Un ejemplo es su lubina con adobo de ahipanja, típico en Perú.

En cuanto al secreto de su éxito, Nacho nos confesaba que es “trabajar, trabajar y hacerlo con cariño”. Y mucho: estos primeros días ha llegado a trabajar una media de entre catorce y quince horas al día.

Con respecto a la publicidad, es un claro ejemplo de que lo mejor es “el boca a boca”, es decir, que las recomendaciones te lleguen a través de la gente,  bien sean amigos, familiares, conocidos…  Así es como todo empezó a rodar y no ha parado desde entonces.

No obstante, Bruno es la persona encargada dentro de la plantilla de llevar las redes sociales, según Nacho, es quién se encarga de dar buena imagen a los clientes. Pueden encontrarles en Facebook e Instagram con el nombre de @cadelosantander.