Movimientos sociales piden a la UC que establezca criterios «democráticos» para sus actos
Colectivos sociales pro-derechos, feministas, asociaciones culturales, sindicales y por la memoria histórica de Cantabria han instado a la Universidad de Cantabria a que establezca criterios «democráticos» para el uso de sus espacios públicos, «abriendo la universidad a la sociedad en que se inserta, y cerrándoselo a grupúsculos fascistas que atentan contra los Derechos Humanos en nuestra tierra».
En un comunicado, en el que reivindican a la UC como una «institución fundamental para la comunidad de Cantabria», advierten de que la asociación Alfonso I está difundiendo para las próximas fechas la celebración de un acto en el Paraninfo de la entidad académica (son una serie de conferencias en torno a Cataluña, acompañadas de una posterior manifestación, dentro de lo que la organización llamada la «Galerna», una cita anual).
Los colectivos sociales critican que esta asociación, «heredera de La Falange y el Frente Nacional» por la trayectoria de sus militantes está vinculada públicamente a grupos neonazis de otros territorios, y que por sus planteamientos discriminatorios contra la mujer, las personas LGBT+ o los inmigrantes ha sido vetada anteriormente de diversas instituciones públicas y privadas. Es una asociación conocida por el reparto de alimentos sólo para españoles y caracterizada por sus mensajes contra la inmigración, entre otros.
Esta situación evidencia la necesidad de establecer unos criterios de uso de los espacios públicos, distintos del simple pago de una tasa costosa.
«La Universidad debe ser un espacio tolerante con la diversidad, abierto al debate y el pensamiento crítico. A su vez, cualquiera puede imaginar actos inmorales que, por su naturaleza, no tendrían cabida en esta institución, como por ejemplo una charla de empresarios de casas de apuestas para facilitar la adicción de los estudiantes», argumentan, por lo que preguntan a Mario Mañana, vicerrector de Campus, Servicios y Sostenibilidad de la UC, qué criterio viene llevando a cabo para decidir acoger o no los distintos actos que se solicitan.
Los colectivos piden que se abran los espacios públicos en general y las salas de la UC en particular, a la sociedad en que se insertan, haciéndolos accesibles también en lo económico (más allá del pago de tasas para su uso, tanto de estos espacios como los deportivos, por ejemplo).
Y abogan por el respeto a los Derechos Humanos como «línea roja infranqueable» para el libre acceso a estos espacios, «para que los grupúsculos fascistas que trabajan por romper la convivencia inoculando odio en nuestra sociedad no tengan cabida». «Debemos aprender de la Historia y formar un cinturón sanitario demócrata contra el fascismo, o volverá a repetir sus peores dramas», apuntan.
De momento a este comunicado se han sumado ya movimientos sociales como Cantabria No Se Vende, Asociación AGE (Archivo, Guerra y Exilio) por la memoria histórica, ALEGA (derechos LGTB+), Pasivas Pasiegas, sindicatos STEC y CGT, Mujeres Jóvenes de Cantabria (MUJOCA), Centro Social Ítaca (Torrelavega), Asamblea Ciudadana por Torrelavega, la PAH de Santander, La Vorágine y el Colectivo de Estudiantes.
También la Asamblea contra el Racismo y la Discriminación denuncia, al igual que hizo anoche el Banco Obrero de Alimentos –que reparten alimentos a personas en necesidad sin discriminación por raza o nacionalidad–, esta situación. La Asamblea recuerda que en anteriores ocasiones la Galerna ha traído a Cantabria a figuras como un «negacionista del holocausto» o el líder de la italiana Casa Pound.
«Nos parece increíble que una institución pública como es la Universidad de Cantabria que se proclama templo del conocimiento, la investigación, la convivencia y el pensamiento crítico dé espacio a este grupo para que pueda propagar sus ideas extremistas», señalan, apelando a una respuesta «contundente» ante el «repunte» del fascismo.
