Cuando las escaleras mecánicas no mejoran la accesibilidad
La comunidad de vecinos de uno de los inmuebles de la Calle Valencia denuncia que las obras realizadas por el Ayuntamiento de Santander para mecanizar el tramo de escaleras de la zona no se adapta a las necesidades de los vecinos. En concreto se trata de un edificio donde residen cinco personas que utilizan silla de ruedas de forma .permanente. Entre ellas un joven tetrapléjico, que según han podido confirmar sus familiares a El Faradio, debe ser trasladado «en volandas» hasta el transporte adaptado para poder asistir a las terapias especiales de Hospitales y Centro de Rehabilitación.
El inmueble en cuestión se encuentra enfrentado a un tramo de escaleras de gran amplitud para salvar el desnivel con la calle principal Camilo Alonso Vega y que, según establece el proyecto, ya está siendo sustituido por dos escaleras, una mecánica y otra de obra.
Por este motivo, la comunidad del edificio no cree que el proyecto del Ayuntamiento de Santander para la “Mejora de la Movilidad de la calle Valencia” esté cumpliendo su propósito de mejorar la accesibilidad al carecer de una opción adicional para personas con necesidades de movilidad especial.
El proyecto planteado por el Ayuntamiento de Santander fue aprobado en julio de 2018, no adjudicándose la obra hasta mayo del presente año a la empresa.
Aquí es donde se produce la primera intervención administrativa por parte del Presidente de la comunidad y una de las vecinas del edificio enviando un escrito dirigido al Ayuntamiento de Santander.
Un documento al que EL FARADIO ha podido tener acceso y en el que se exponen las graves dificultades de algunos de sus vecinos para poder acceder o salir del edificio, llegando incluso a tener que contratar personal de apoyo.
En dicho escrito se apela a la “Ordenanza reguladora de la accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas, urbanísticas y de la comunicación” con ánimo de que el Ayuntamiento de Santander replantee una solución que sí responda a los problemas de acceso, tal y como refleja no solo la intención del propio proyecto anunciado en la web municipal sino como se establece en el artículo 40 de la mencionada ordenanza, donde deberán ser accesibles para personas con movilidad reducida permanente el itinerario que une la edificación con la vía pública (servicios, aparcamientos, edificios anexos). Motivación del artículo que no quedaría cumplida si consideramos la situación física del portal, el cual se encuentra aislado de cualquiera de los elementos mencionados.
Nuria Capricci como vecina y principal responsable de las acciones de la comunidad con el Ayuntamiento, ha podido transmitir la sensación de intranquilidad por parte de los vecinos ante la respuesta de la administración, que va desde el silencio o evasiva hasta el planteamiento de argumentos, como la imposibilidad de readaptar el espacio de un proyecto que se encuentra en ejecución, sin valorar la opción de ejecutar un plan de obra nueva.
Nuria Capricci asegura que lleva años solicitando al Ayuntamiento la instalación de algún sistema y que han sido varias las alternativas ofrecidas por los vecinos, incluso antes de comenzar las obras, como una rampa en zigzag paralela al tramo de escaleras con acceso al portal, opción que ahora queda descartada al haberse iniciado las obras según los estudios realizados por técnicos municipales.
Una contexto que se recoge junto a la voluntad de los vecinos de costear la instalación de un elevador, siempre y cuando se facilite la obra civil correspondiente, y que queda plasmada en en el acta la Junta General Extraordinaria de la comunidad dirigida al Ayuntamiento en la que por unanimidad se solicita una solución a la accesibilidad al edificio comunitario. Aunque las obras se encuentran actualmente paralizadas, el pesimismo de Nuria Capricci es palpable, siendo consciente de que a medida que avance el plan de obra la compatibilidad con una solución común es cada vez más difícil.