Javier Ceruti sugiere “repensar” la actuación urbanística en el barrio del Pilón del Alta, en Santander, con “criterios de interés general”, para lo que contempla llegado el caso una modificación puntual del PGOU.

Así lo ha planteado el concejal de Urbanismo y portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Santander, Javier Ceruti (Ciudadanos), coincidiendo con el tercer aniversario de la modificación de la Ley del Suelo que incluyó el derecho al Realojo y Retorno que protegió a los vecinos de El Pilón del Alta de la especulación y la gentrificación en el barrio.

En la tertulia de EL FARADIO de ARCO FM, Ceruti confirmaba esta semana que la aprobación de la Ley tuvo como consecuencia la paralización de los planes de los promotores, al elevar los derechos de los propietarios y las cargas del proyecto: “el valor de sus viviendas han crecido, hasta el punto de paralizar unidades de actuación porque dejan de ser rentables”.

En este sentido, explicaba que ese desarrollo estaba en el Plan General de Ordenación Urbana de 2012 – anulado por el Supremo-, pero previamente también en el PGOU de 1997 – de nuevo en vigor- como una unidad de actuación a desarrollar por una Junta de Compensación, que puede ser “muy peligroso”, porque “el que tiene el 51% puede imponer cargas” al resto.

Es lo que pasó en El Pilón, lo que provocó que los vecinos se levantaran contra los planes de la promotora con el visto bueno del Ayuntamiento.

Para Ceruti, la Junta de Compensación es un intrumento que “en la mayoría de los casos es muy útil”, pero “puede generar situaciones muy injustas”. Y, al respecto, criticaba que en la anterior legislatura “se generalizaron en el Pilón, Río de la  Pila o Prado San Roque”,  donde  “se utilizó sin pensar para nada en los vecinos”.

Ahora El Pilón, técnicamente el Área Específica 47, como figura en el planeamiento vigente (PGOU de 1997), fue desarrollado en sus “estatutos y bases de actuación” en el PGOU de 2012, por lo que en la actualidad “decae”.

Vivienda propiedad de la promotora que quiere desarrollar el barrio, derribada recientemente por el abandono

Desde hace tres años, tan sólo se ha producido recientemente un derribo de una vivienda propiedad de la promotora de la actuación, porque “tenía miedo de que fuera ocupada”, lo que “podía haber generado problemas”. De hecho fuentes vecinales ratifican a EL FARADIO esa circunstancia, que podía haber devenido en problemas de convivencia.

Pero si “se reactivaran” esos planes de desarrollo urbanístico – dos torres de ocho alturas, para la construcción de 140 viviendas y 200 plazas de garaje-,  el Ayuntamiento “tiene la potestad para plantear alternativas si se considera que no es adecuado”.

Algo que considera “conciliable la actividad promotora”, porque “ahí están también los intereses de los pequeños propietarios”, que “ven en esto una oportunidad”, ya que con la Ley de Realojo “el valor de sus viviendas han crecido”.

“Podríamos plantear una modificación puntual por interés general, para repensar la zona”. Un verbo, repensar, que conjuga con frecuencia el nuevo concejal de urbanismo: “lo de repensar me lo habéis oído ya, en La Enseñanza y en la Integración Ferroviaria”.

Además, recuerda que son proyectos que “llevan parados hasta 12 años”, por lo que “no hay ningún problema en hacer las cosas así”, porque “lo que falta es eso, una mirada tranquila y reposada, para mejorar la calidad de vida en la ciudad de Santander”.

OTRA MIRADA PARA LA LADERA SUR

Ceruti se ha marcado como objetivo de legislatura la aprobación de un nuevo Plan General, para el que ha anunciado un ambicioso proceso de participación previo.

Sin embargo, también advierte de que “un PGOU que sirva para algo va a perjudicar también a particulares, seguro”, al tiempo que se marca como un objetivo “fundamental” del plan que “una mayoría” cuando mire a la ladera sur de General Dávila dentro de 20 años pueda decir “qué maravilla, cómo ha mejorado esto”.

Una política urbanística que confronta “con el modelo que tenían antes”, que consistía en “tirar todo, levantar bloques caros, vender y echar a la gente”. “Eso no es lo que queremos, evidentemente, pero también es absurdo pensar que las cosas se tienen que quedar como están, porque es una zona urbanísticamente caótica que merecen los vecinos mejorar notablemente”, señala.

Y pone como ejemplo, que le está dando “mucha lata”, el desarrollo de La Enseñanza. “Hay varias oportunidades que pueden cambiar radicalmente la morfología de un barrio», asevera, al tiempo que explica que «ni siquiera estamos discutiendo los derechos urbanísticos, pero en cómo lo ejecutes puedes pasar de que sea una castaña más a que sea un desahogo para un barrio”.

En esa zona, ladera sur de General Dávila también, se confiesa “obsesionado” con que el acceso se haga no sólo desde Via Cornelia, a 10 metros, sino desde Vista Alegre “que está a cota, y que tiene como única plaza la azotea de una discoteca privada – la Sala Blackbird-“.

“Simplemente colocando bien las cosas y cediendo en unas cosas unos y en otras otros, podemos tener una urbanización más amable, que es de lo que se trata”, sentencia.