Es una reflexión que lanzaba la periodista Eva Mora, vinculada a las Asambleas Abiertas Feministas de Cantabria, en el programa especial sobre el 25N que ha emitido este viernes EL FARADIO en ARCO FM.

Así, Eva Mora se ha referido a la existencia de un “discurso” que “ampara un tipo de violencia” y “hace que los agresores se sientan legitimados”.

Al respecto, Gema Martínez, de Las Gildas o La Mala Hierba, Advertía de que estos nuevos discursos tienen efecto porque existía un “caldo de cultivo” que es “muy sutil” y se ha transmitido a través de la cultura, la música y un cúmulo de factores que “también educan”. Desde esa base, los mensajes “misóginos, agresivos”, los modelos de masculinidad “tóxica” hacen que esos discursos se “refuercen”.

“NOS QUIEREN A LA DEFENSIVA” PARA QUE “NO PIDAMOS MÁS”

Eva Mora, Gema Martínez, Judit Gutiérrez y Leticia Martínez, con Guillem Ruisánchez en la tertulia especial de El Faradio por el 25-N

Dentro de esos discursos, Leticia Martínez, coordinadora de Izquierda Unida en Cantabria y portavoz de IU en Astillero, ha llamado la atención sobre el auge de mensajes críticos con avances como las leyes concebidas para proteger a las mujeres víctimas de violencia de género, que hacen que las mujeres tengan que estar constantemente defendiendo estas medidas.

“Nos quieren a la defensiva, quieren que sigamos defendiendo derechos. A mí la Ley de Violencia de Género me parece insuficiente y con carencias, pero era una pequeña batalla ganada y ahora mismo tenemos que volver a defender esa trinchera”, advertía, instando a darle la vuelta a esta lucha para que el retroceso no lo sufran las mujeres.

“Nos quieren luchando y yo creo que es para que no pidamos más” y sigamos defendiendo lo que teníamos, reflexionaba al respecto Judith Gutiérrez de Cantabristas, recordando el esfuerzo que se está dedicando a defender unas leyes “de mínimos, que no se cumplen”.

DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO A LA VIOLENCIA ECÓNOMICA

Desde Cantabristas, Judith Gutiérrez recordaba que “a la violencia de género se le suma la violencia económica”, marcada por la precariedad, “salarios más bajos, contratos parciales, etc…, que perjudican la independencia económica y hace que “todo lo precario sea nuestra marca”.

Al respecto, Eva Mora ha apuntado que la falta de independencia económica o las dificultades en el acceso al trabajo hacen que sea más “difícil de romper” la situación de dependencia.

Y la representante de Cantabristas sumaba la carga de los cuidados, que siguen recayendo mayoritariamente sobre las mujeres.

En este sentido, Leticia Martínez, de Izquierda Unida, abundaba en que “tenemos que enseñar a nuestros hijos a impulsar la corresponsabilidad” de forma que entienda que “no por ser mujer corresponda cuidar a los abuelos o nietos”.

Y Gema Martínez abogaba por “desligarlos” de una “imagen de carga”, sino “ponerlo en valor” para que los hombres tengan en cuenta las aportaciones positivas que implican “y desde ahí trabajar la corresponsabilidad”.

LA EDUCACIÓN CONTRA EL «CONTROL» DISFRAZADO DE «AMOR»

Desde el mundo de la educación, Miriam Bustillo, de la asociación MUJOCA (Mujeres Jóvenes de Cantabria), con experiencia en el trabajo en las aulas con jóvenes o adolescentes, desgranaba una serie de actitudes que se ha ido encontrando en sus talleres formativos.

Todas ellas marcadas por unos “celos” que se disfrazan de “amor” y una “idealización del concepto del amor romántico”, y que se traducen en, por ejemplo, el control de las redes sociales de la pareja, entre otras actitudes.

Desde Izquierda Unida, Leticia Martínez hacía hincapié en que “la violencia de género es sistémica”, presente “en todas las facetas del día a día”, y en la necesidad de actuar “sobre todo con los jóvenes” que muchas veces “no saben identificar estos comportamientos”.

En este sentido, Gema Martínez, profesora, que desempeña su trabajo en el ámbito de la formación a docentes, apostaba por extender la educación a edades más tempranas, como la etapa infantil, para evitar que se detecten estas actitudes en la secundaria.

“No podemos esperar”, apostillaba, llamando también la atención sobre la importancia de las intervenciones educativas en el profesorado: “el hecho de estar ahí en la educación no nos capacita por sí mismo para estar, el tener la sensibilidad y la piel para llevar a cabo esta tarea”.

Finalmente, Eva Mora lamentaba la “impunidad” de los discursos que cuestionan a las mujeres (por motivos estéticos o sexuales, apostillaba Judith Gutiérrez, “tenemos que ir siempre bien vestidas, perfectas, encajar nosotras en sus modelos”).

“Nosotras tenemos que medir cada palabra, cada acción, para que no se nos llame exageradas o histéricos, pero esos mensajes “son bien vistos” en ciertos círculos que además están ligados al poder.