El que mejor podría resumir el primer debate importante de la tramitación parlamentaria del Presupuesto General de Cantabria para 2020, las enmiendas a la totalidad, es Olaf, el muñeco de nieve de Frozen, que en la parte II de la película de dibujos animados de Disney hace un buen resumen de la I.

‘Frozen’ es como ve la oposición a Cantabria, según la presidenta del PP, María José Sáenz de Buruaga, que apelaba al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, para que el Gobierno haga un presupuesto para «la Cantabria real», porque «viene el frío y la Cantabria real se va a quedar a la intemperie congelada, como congelado está este presupuesto».

Frente a la visión del PP, la del PRC, que ha cogido el guante del cine con un clásico, Matrix. El portavoz regionalista, Pedro Hernando, recordaba el reciente debate entre Lorenzo Vidal de la Peña y el consejero de Industria, Paco Martín, sobre Sidenor, en el que el popular mencionó la serie Chernobil. Debe ser que el Otoño de la Industria ha desencadenado el eterno Invierno del Presupuesto.

Y contestaba Hernando a Buruaga, a la que acusa de vivir «en una realidad paralela» porque «todos los datos que da son equivocados». «Usted siguió la recomendación de su compañero pero se equivocó: en lugar de entrar en HBO entró en Amazon y se bajó Matrix, porque vive en una realidad paralela y no sé si es usted Neo o Trinity pero todos los datos que da son equivocados», le espetaba.

De todas las metáforas e hipérboles habituales en el parlamentarismo cántabro, está claro que la novedad está en el consumo de cine y series, porque el resto son clásicos. Desde la oposición las cuentas son un «torpedo en la línea de flotacion» (PP dixit) o «condenan a Cantabria a la parálisis económica» (Ciudadanos dixit), mientras que para el Gobierno son «la manifestación de un Gobierno progresista», que busca la igualdad de oportunidades, con una previsión «realista» que «blinda el estado del bienestar» (Consejera de Economía, María Sánchez, dixit). El debate en un párrafo.

Es también, a pesar de que hay cinco partidos, el debate de los votos en dos grandes coaliciones. La potencia PRC-PSOE, que aplica el «rodillo» del Gobierno con su mayoría de 21 diputados, contra el voto en bloque de los tres partidos de la derecha, PP, Ciudadanos y VOX (14), que ya que sus enmiendas a la totalidad no iban a salir se han votado los unos a los otros.

Al Gobierno le toca apuntar las cosas buenas y a la oposición las malas, de toda la vida. La consejera, María Sánchez, se viste de Ana de Arendelle en el Día de la Coronación, para entonar que ‘por primera vez en años’ el Gobierno empieza a reducir la deuda y a «superar el ahogo de incremento de deuda en los años 2011-2015 (los del PP), cuando pasamos del 10 al 22%». Así que el Gobierno es «responsable», porque cumple con los objetivos de estabilidad presupuestaria, además de blindar los servicios públicos de sanidad, educación y dependencia.

Como la cosa va de realidades paralelas, Félix Álvarez (Cs) ve unos presupuestos «mentirosos» -malos como Hans-, e «imposible» como vender hielo en invierno – que se lo digan a Kristoff, porque es «imposible cumplir ingresos y gastos».

Para Ciudadanos, estos presupuestos desatienden «algo tan fundamental como es el cambio de modelo productivo» y  «nos alejan de la Economía del siglo XXI», con un descenso del 10% en inversiones reales.

Vox sería Nube en Frozen I (después de las elecciones andaluzas) y gigantes de tierra en Frozen II (después de las últimas generales). No salen mucho pero mejor no despertarles, porque suelen estar enfadados, pero ponen en más dificultades a Elsa y a Ana que al PRC y al PSOE.

Y ese PP de Matrix, que se supone que elige la pastilla azul, no ve «un proyecto tangible en marcha» y suena un poco cansado de escuchar otra vez La Engaña, La Pasiega, el MUPAC… enumerados estos «proyectos eternos» un poco en desaceleración tonal, para concluir que hay dos Cantabrias, la de un Gobierno que se siente «cómodo» y que «mira para otro lado» mientras la otra «se asfixia».

Porque Buruaga señala como «rotundamente falso» – otra vez, más falso que Hans- el argumento del Ejecutivo de que las cuentas sacrifican «lo económico» para proteger «lo social».

En su opinión, se antepone «lo político» a «la gente» (lagente), pone antes «la administración» que  «la región» y primero «las conveniencias de la coalición» que «las oportunidades de las personas».

LA LEY DE ACOMPAÑAMIENTO Y LA «BARRA LIBRE»

La Ley de Acompañamiento son los créditos de la película. La segunda mitad de la primera parte del debate de presupuestos termina en una votación idéntica (21 vs 14) pero, como la ley en realidad se llama de Medidas Administrativas y Fiscales, según se ve se han modificado 19, y hay algún post-crédito que merece la pena.

Es el caso de la modificación de la Ley por la que se creó el Instituto Cántabro de Finanzas, y que Ciudadanos no entiende pero explica en clave de «guerra interna».

Según el diputado Diego Marañón, da entrada a la «barra libre» porque habilita al bipartito PRC-PSOE a dar créditos a empresas privadas “sin ningún tipo de control”. Ojo con esto.

El relato, aderezado con fórmulas críticas liberalísimas, como «jugar a ser empresarios», plantea una venganza del PSOE contra el PRC por haberles arrebatado SODERCAN, por lo que los socialistas querrían ir hasta el final en sentido contrario a las recomendaciones de la AIREF, que ve duplicidades entre SODERCAN e ICAF, para que el ICAF sea Frozen II.

Es decir, que si antes prestaba dinero a empresas públicas para que estas a su vez ayudaran a empresas privadas, mientras que para dar dinero directamente a empresas privadas había, teóricamente, algún mecanismo de control de los riesgos (la historia nos dice que no muy eficaces), ahora el ICAF, según Ciudadanos, tiene, again, «barra libre».

«La única razón que existe es la lucha de poder del bipartito», interpreta Marañón, que señala el tijeretazo de Economía a SODERCAN en 10 millones de euros.

Y no habíamos hablado de los impuestos todavía, pero el debate ha existido, a pesar de que no se quitan las deducciones en Sucesiones y Donaciones (aprobado para el actual ejercicio con Ciudadanos, que de hecho ha tenido que valorar positivamente que eso se quede así) ni se suben aparentemente por ningún lado.

Ahora el problema no es que el PRC-PSOE los suba; es que no los baja «de verdad». Según la secretaria general del PP, María José González Revuelta, el Gobierno – se viene hipérbole- «incauta el dinero a los cántabros con su política fiscal», y dice que Cantabria -sin ser nosotros precisamente nórdicos para bien ni para mal- tiene una de las presiones fiscales más altas de España.

Olaf, el muñeco de nieve que quiere tostar su nieve al sol en verano, canta en una magnífica pieza musical que «frío y calor se habrán conocido, ponerlos juntos tiene sentido». Con el debate de presupuestos pasa igual, que puede tener algo de sentido si pones juntos los argumentos del calor del Gobierno y del frío de la oposición.