Frente a generalidades con las manos en el tópico, concreciones certeza en mano:

-Ahmed. Iraní. Huyó de su país cuando perdió a su familia en un atentado. Decidió emigrar a Europa buscando un lugar donde poder vivir seguro. No es un caradura que busca una supuesta ayuda para vivir a cuenta de otros. Quiere vivir en paz y aportar donde esté, como tantos.

-A Ahmed le ha llevado 1 año y medio llegar a Bosnia (la “ruta de los Balcanes”). Al desgaste emocional, Ahmed añade un serio problema dental que le genera grandes dolores por la falta de atención en el viaje. Da igual que tenga derecho a presentar una solicitud de protección internacional. ( Art. 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: 1. “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país”.) Ese derecho no se cumple, pero a nadie parece importarle. No arden las calles por esa causa ni se cortan autovías por esa injusticia.

-Desde Velika kladusa (Bosnia), Ahmed intenta pasar a la cercana Croacia (Unión Europea) una y otra vez (el “Game” lo llaman) y una y otra vez vuelve dolorido por los golpes de la policía Croata, que por sistema rompe los móviles y maltrata violentamente a quienes intentan cruzar la frontera. Deben de pretender que así Ahmed cambie de idea y regrese al país donde la violencia ya mató a su familia. De regreso al campamento improvisado, un puñado de voluntarias y voluntarios intentan proporcionarles ropa, calzado y comida para el cuerpo y el alma. Son la gente de la No Name Kitchen. (NNK). Una razón para la esperanza en lo concreto en tiempos de brocha gorda. Frente a la saliva en la comisura del odio, ternura cercana.

-En Bosnia la sanidad no es universal. Hay que pagar la atención de una matrona, de un dentista o incluso de un cirujano que atienda las heridas provocadas por los perros de la policía. Entre otras cosas, la NNK, ha creado un programa de salud que pone en contacto a personas que necesitan ayudas médicas concretas (extracciones dentales, atención a fracturas óseas, problemas de visión etc.) con personas que estarían dispuestas a sufragar esa necesidad concreta con su dinero.

-Ahmed ya no sufre de sus problemas dentales. Alguien en Cantabria se ha ocupado de resolverlo. Frente al rechazo inconsciente, dolor compartido.

-Personas voluntarias de NNK pertenecen a Pasaje Seguro Cantabria, grupo de trabajo ciudadano que promueve la justicia y los derechos humanos para las personas migrantes. Esas personas promueven una red de apoyo, entre gente que es migrante y gente que sabe que puede llegar a serlo o no olvida que lo fue. Frente al discurso de lo imposible, la voluntad transformadora.

-Conocer y compartir esas realidades abre la mente, fomenta la empatía, y nos hace ciudadanos (personas con valores, derechos, y deberes de humanidad y reciprocidad compartidos).