Música, poesía, belleza, amor: emoción
La música y la poesía son las más etéreas de las artes. En ellas encuentra mejor acomodo el espíritu, que las persigue con toda su carga de emoción a cuestas. La música no necesita de palabras, para serlo. La palabra poética o es musical o no lo es, palabra poética, digo.
De música y palabra poética impregnaron el aire del Salón de Actos del Centro Cultural Doctor Madrazo, el día 21 de noviembre, Raquel Martín y Gorka Hermosa. En su escenario ofrecieron un emocionado y emocionante recital, “Paso a dos”, del que fue Raquel quien lo ideó, y dirigió hasta los más pequeños detalles, pues de detalles se componen actuaciones, que tienen el amor y la belleza como motivos.
El título, de declaradas connotaciones poéticas, remite, antes de empezar el recital, a los dos artistas, que acompasan sus actuaciones, bien avenidas, pero que acaban por ser como dos raras líneas paralelas, que se encuentran en un espacio emocional, más allá, es decir, más adentro, en los ámbitos donde el espíritu se reviste de la belleza, que inspira el amor de y por dos personas, que a su paso han alcanzado elevadas cotas existenciales: los padres de Raquel.
“Paso a dos” es un “acto de amor”, depositario de una belleza, a la que Raquel y Gorka engrandecieron y ennoblecieron. Las palabras de poetas del amor -Cortázar, Girondo, Salinas…- en la voz de Raquel, melodiosa, serena, suavemente evocadora, respiraban el aire, de torbellino, a veces; a veces, de brisa, que brotaba del acordeón, al que Gorka, compositor de las piezas interpretadas, acariciaba hasta abrir el camino que llevaba a la palabra dicha por Raquel, que declaraba amor.
En resumen, un recital a dos, en el que la ternura se avino con el apasionamiento -apasionadamente tierno; tiernamente apasionado-, que nota a nota, palabra a palabra, emoción a emoción, llevó a los asistentes a un estado de intensidad emocional, a los que solo por los caminos del amor y la belleza se puede llegar. Por los del dolor, también. Pero, ese, sería otro recital.