La siguiente mujer que se asoma a nuestra ventana del Cantábrico nace en Cuenca en 1905, pero su actividad profesional está muy ligada a Cantabria y a algunas de sus instituciones más destacadas, como es el caso del Hospital de Valdecilla.

Aquellos que conocieron a Isabel Torres Salas destacan su capacidad de trabajo, su inteligencia y su gran disciplina. Se trata de una mujer en un mundo de hombres y que, a pesar de haber logrado grandes avances científicos, mostró su desencanto ante el hecho de no haber podido desarrollar todas sus potencialidades en el aspecto investigador, el cual fue su preferencia desde los inicios de su labor técnica.

Ella fue la primera mujer en la plantilla de la Casa de Salud de Valdecilla, formando parte de una generación de científicas pioneras en la historia de España, como Felisa Martín Bravo, la primera Doctora en Física en España, Margarita Comas primera Doctora en Ciencias Naturales o Pilar Careaga Basabe, primera Licenciada en Ingeniería Industrial.

Estudió siguiendo el programa de la Institución Libre de Enseñanza basado en favorecer la integración de la mujer en el cuerpo general de la sociedad, en la igualdad de acceso a la formación cultural y en la realización profesional.

Perteneció al grupo de universitarias que vivieron en la Residencia de Señoritas, cuyo objetivo principal era el fomento de la educación universitaria para la mujer. Entre sus instalaciones disponía de alojamiento para las estudiantes, laboratorios para realizar prácticas y biblioteca. Su importancia fue tal que prácticamente la totalidad de las mujeres que participaron e influyeron en la sociedad española del primer tercio del siglo XX tuvieron relación con la Residencia de Señoritas.

De la publicación ‘Feminismos biográficos: aportaciones desde la historia de la ciencia’ (María Jesús Santesmases, Montserrat Cabré, Teresa Ortiz-Gómez)

Isabel Torres se licenció en Farmacia en la Universidad Central de Madrid y en 1929 solicita su incorporación para formar parte de la recién creada Casa de Salud de Valdecilla. Era la única mujer en una promoción de 70 médicos y alumnos de posgrado, lo que le impidió tener el título de alumna interna, puesto que ello requería dormir en el hospital. De este modo, entra a formar parte del Departamento de Química para analizar el valor nutricional de la comida del hospital. Sus investigaciones permitieron un cambio radical en la forma de asignar la dieta a los pacientes: desarrolla el Esquema Dietético Puyal-Torres donde se relaciona los contenidos de los alimentos en cuanto a hidratos, grasas y proteínas, con la idea de obtener raciones completas y equilibradas.

La realización de este trabajo es la base de su tesis doctoral, que la lleva a regresar a Madrid. Se incorpora al Instituto de Patología Médica para estudiar la estructura de las vitaminas en el equipo del doctor José Collazo.

La ampliación de sus estudios en Alemania coincide con el estallido de la guerra civil, debiendo permanecer en el país germano hasta el final de la contienda. Ya en 1939 regresa a Santander para trabajar como investigadora en la Industrial Farmacéutica Cantabria, puesto que al encontrarse los doctores Marañón y Collazo en el exilio, se le cerraron las puertas para obtener un puesto de investigación.

Su trabajo como dietista, farmacéutica e investigadora fue reconocida en 2004 por la Universidad de Cantabria con la creación del Aula Interdisciplinar Isabel Torres de Estudios de las Mujeres y del Género, así como con unos premios que llevan su nombre que recompensan las investigaciones en este ámbito.

A pesar de la importancia de sus estudios, su figura no ha trascendido mucho más allá de los muros de algunos laboratorios, siendo una mujer poco conocida por los ciudadanos de a pie.

Vamos a saltar esos muros…