Fernando Gutiérrez y Celia Nespral, del grupo de Cantabria de Amnistía Internacional (AI), y la directora general de Cooperación al Desarrollo del Gobierno de Cantabria, Silvia Abascal, han debatido esta mañana sobre los Derechos Humanos en EL FARADIO, en el 71 aniversario de la Carta de París, ratificada sin votos en contra en 1948.

Los tres han compartido reflexiones previas a la convocatoria de una lectura pública este martes, a las 19 horas, en la calle Juan de Herrera de Santander, en la que se recogerán firmas por vulneraciones flagrantes.

La declaración fue un «hito» logrado por todos los países tres años antes del final de la II Guerra Mundial,  que «sigue siendo una promesa incumplida pero es nuestro evangelio», como enfatizaba Gutiérrez, y aunque suene «utópico», Abascal recordaba que los estados «estamos obligados a proporcionar las medidas necesarias» para que ocurra.

En Amnistía Internacional recuerdan que, ya en el preámbulo de la declaración de los Derechos Humanos, los países reunidos en asamblea hacen un llamamiento a las instituciones públicas y privadas y a las personas para que «con su esfuerzo y capacidad» promuevan los derechos humanos.

De esta manera, quieren recordar que «es una obligación de todas las personas» aunque «habitualmente tendemos a delegar la protección de los derechos en nuestros gobernantes».

Y subrayan que el artículo primero hace referencia al derecho a la igualdad en dignidad, por lo que cuando las personas no tienen agua potable, no tienen vivienda digna o asistencia sanitaria digna, «se está violando su derecho a la igualdad en dignidad».

Así, frente a «la etiqueta» de ‘pobres’ que tradicionalmente se pone a las personas de países en desarrollo, enfatizan que «en realidad son víctimas del incumplimiento de este derecho».

«CON VOZ DE MUJER»

Aunque «probablemente» se ha avanzado en la consecución de algunos derechos, pero van «cambiando las situaciones en el mundo y se siguen vulnerando», subrayaba Nespral, que advierte de que la crisis climática, tal y como apunta AI en sus informes, «si no se controla va a suponer una mayor vulneración de los derechos y sobre todo para las poblaciones más desprotegidas, que son las que menos contribuyen al cambio climático y las que más lo sufren».

En este sentido, señalaba a las mujeres, que «tienen que afrontar los retos de la vida cotidiana con muchas más dificultades».

Por eso, Silvia Abascal abogaba por «ponerle voz de mujer», como en el reciente acto celebrado en Librería Gil por el Día de Solidaridad con el Pueblo Palestino, en colaboración con Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP). «Las mujeres sufren más violencia por el hecho de ser mujeres», aseveraba, al tiempo que subraya la iniciativa de las ONGS de implicar a líderes de las comunidades religiosas para sensibilizar allí a los hombres.

El Gobierno de Cantabria apoya el trabajo sobre el terreno de ACPP, Mundubat, MPDL en proyectos en Palestina o Jordania, y también se refería a la reciente visita de las guatemaltecas de la red ancestral de sanadoras, que pasaron por EL FARADIO y por La Vorágine, de la mano de Brigadas Internacionales de Paz, o al conflicto en el Sáhara, donde la comunidad autónoma colabora a través de la Agencia Estatal de Cooperación al Desarrollo (AECID).

«Este año incrementamos el presupuesto un 20% en una línea para que las ONGS trabajen en Derechos Humanos», con prioridades en los derechos de las mujeres, los niños y las personas con discapacidad, «los colectivos que más sufren la vulneración de derechos».

Y abogaba por «vincular todas las políticas que pongamos en marcha, económicas, sociales y culturales, para llegar a cumplir este objetivo».

PREOCUPA EL DISCURSO DE ODIO

Abascal ha señalado además «la situación actual de discurso de extrema derecha», que  «cuestiona» la libertad de orientación sexual o la raza, en países como la Italia de Salvini o los Estados Unidos de Trump.

«Estamos volviendo hacia atrás en un discurso de odio y vemos que se lanzan granadas a un centro de menores, o cómo se dice que una persona que tiene una orientación sexual es un problema médico», alertaba al respecto de «mensajes que nos recuerdan mucho al pasado».

«Tenemos que poner atención los políticos y la ciudadanía. Y es importante que identifiquemos y denunciemos estas situaciones», abogaba.

LA CRISIS HUMANITARIA DE YEMEN

También se alertaba sobre la situación de Yemen, sobre la que la ONU ha lanzado la advertencia, hace meses, sobre ese «conflicto olvidado» que puede tener consecuencias «terribles».

Precisamente en el día en que vemos movilizaciones en el Puerto de Sagunto que recuerdan a las vividas en Santander contra el tráfico de armas de la naviera estatal saudí Bahri, Fernando Gutiérrez apela al tratado internacional del comercio de armas, que «sigue en vigor» y prohíbe la entrega de armamento, munición y tecnología de doble uso a países o grupos armados que puedan vulnerar los derechos humanos.