La Caseta de Bombas invita a reflexionar sobre los hábitos de consumo alimentario
La Caseta de Bombas, establecimiento del grupo Deluz en el Dique de Gamazo, invita esta semana a reflexionar sobre los hábitos de consumo alimentario, una de las principales preocupaciones que marcan las líneas de trabajo de los fundadores del grupo, los hermanos Lucía y Carlos Zamora, materializada en acciones como sus caterings para comedores escolares, el proyecto de leche de pasto o la cooperativa ganadera Siete Valles de Montaña.
Así, en plena vorágine navideña, justo cuando quien más y quien menos prepara la lista de la compra de las cenas de estos días, se ha organizado una actividad de debate al respecto.
Será el martes 17 a las 18.30 horas, con entrada libre, organizada conjuntamente junto a La Ortiga Colectiva, asociación volcada en el fomento del pensamiento crítico y de iniciativas ligadas al territorio, y el movimiento Slow Food, que promueve formas de alimentación más sostenibles, cercanas y saludables, a través de eventos como su feria de producto ecológico o la iniciativa De granja en granja.
En la mesa se contará con productores locales, técnicos y colectivos, para abordar cómo “en un contexto de cambio climático, donde la mayoría de alimentos se producen de forma intensiva a escala planetaria y son distribuidos a través de grandes superficies” se puedan generar más redes de comercio justo a escala local.
Y se insta a hacerse preguntas cómo “¿qué alimentos compramos y dónde?, ¿conocemos productores locales? ¿se facilita la venta directa? o ¿qué aporta la agroecología a la producción sostenible?”
En este sentido se vienen produciendo distintas iniciativas en Cantabria para el fomento de un modelo alimentario más cercano, más pegado al territorio y que beneficie tanto al consumidor en su salud como al productor en su sostenibilidad económica.
Una de estas experiencias, ideada por la Asociación para la Promoción de los Valles Pasiegos, es el Aula de Cocina Pasiega, p que tiene por objetivo potenciar el consumo de la producción autóctona que se genera en las localidades pasiegas, a través de la creación de sinergias entre sectores productivos estratégicos que operan en el territorio, especialmente entre la restauración, los productores tradicionales y el comercio local.
La iniciativa, que se ha presentado a la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, fomenta la formación de los restauradores locales, la asesoría para la creación de iniciativas empresariales de economía social y la cooperación entre empresarios de distintos sectores para crear circuitos económicos a escala local en un modelo que favorezca el uso de recursos propios. Además, es fruto de procesos participativos dentro de acciones del Plan Leader.
Además, el “Aula de cocina pasiega” busca reforzar el trabajo que se ha venido desarrollando durante los últimos años para consolidar la marca “Calidad Rural. Valles Pasiegos”, que cuenta en la actualidad con cuarenta empresas certificadas y que reconoce la calidad de los productos y servicios que se elaboran y ofrecen en la comarca, pero que también tiene en cuenta los principios y valores del respeto medioambiental, la calidad en su proceso de producción, fomenta que las empresas y entidades se comprometan con el territorio, siendo solidarias, cooperando entre ellas y trabajando por la identidad.
Asimismo, otras de las líneas de trabajo que se ha puesto en marcha desde la implementación de la Estrategia de Desarrollo Local Participativo en el año 2016, es convertir a la comarca en un referente como “Territorio Slow” donde se fomentan prácticas a través de las cuales los visitantes puedan disfrutar de vivencias en las que se sumerjan en la realidad que les rodea, sin la presión de la prisa. Este trabajo se ha visto reforzado recientemente con la edición de un folleto turístico comarcal que promueve esta filosofía en Valles Pasiegos bajo el slogan “Donde habita la calma”.