La coalición de izquierdas Unidas por Santander, que agrupa a los partidos Izquierda Unida, Podemos, Equo y Santander Sí Puede, ha presentado para el pleno de este mes de diciembre una moción que solicita modificar la Ordenanza de Medio Ambiente para la regulación del lanzamiento de petardos y artefactos pirotécnicos en la vía pública.

En estos fechas, en las que se incrementa el uso de estos dispositivos, cabe recordar que la pirotecnia puede tener efectos perjudiciales y nocivos tanto para el medio ambiente, como para la salud, provocando ruidos, contaminación, alteración del comportamiento de la fauna, lesiones físicas por su uso inadecuado e, incluso, riesgo para la integridad de los bienes, dándose situaciones de daños e incendios en viviendas y propiedades.

“Hemos comprobado que existe una falta de regulación y normativa que preserve la salud de los vecinos en los eventos festivos, debido a que no existe un control estricto sobre el lanzamiento de petardos y artefactos incendiarios en Santander”, asegura Miguel Saro.

Por ello, cree que un modo de compatibilizar las celebraciones festivas con la responsabilidad pasa por restringir el uso de la pirotecnia a profesionales autorizados dentro de la programación de fiestas o eventos oficiales, acotando también el horario y el lugar de los lanzamientos para que quede lejos de zonas de hospitales, clínicas y residencias de tercera edad.

Las personas con trastornos autistas, con hipersensibilidad auditiva, bebés y ancianos, además de los animales, son quienes más sufren con esta práctica. En el caso de las mascotas, su sentido del oído está más potenciado, hasta cuatro veces más sensible que el de los humanos, por lo que, para lo que para algunos es una diversión, para otros es casi una tortura.

En la moción, también se solicita prohibir la venta ambulante sin control de artículos pirotécnicos y promover campañas informativas sobre el problema que la pirotecnia causa en animales de compañía y personas con sensibilidad sensorial.

Además, Saro solicita que se estudie el uso de artefactos de bajo nivel sonoro, una pirotecnia que genera menos luz y no alcanzan los 170 decibelios como los modelos convencionales. Estos dispositivos se han usado ya en las fiestas populares de otros municipios españoles en los últimos meses.