¡Corre por la Paz! une a Santander y Burgos contra el tráfico de armas
Cuenta la tradición cristiana que un 28 de diciembre, Herodes, temeroso de ser despojado de su poder por un recién nacido Jesús de Nazaret, mandó ejecutar a todos los niños menores de 2 años nacidos en Belén. Este es el origen de lo que conocemos como el Día de los Santos Inocentes.
Dos mil años después de aquel relato, la matanza de menores inocentes es una realidad en países en conflicto con países ejecutores y otros colaboradores necesarios, a través del tráfico de armas y saltándose las legislaciones nacionales e internacionales que lo prohíben, tal y como denuncian plataformas y activistas en defensa de los derechos humanos.
Precisamente, este 28 de diciembre, las ciudades de Santander y Burgos se unían para llamar la atención sobre el papel que países como España están jugando en la guerra de Yemen, asediada por Arabia Saudí desde hace varios años.
Lo hacían a través de una carrera de relevos de 130 kilómetros iniciada en el Puerto de Santander a las 3:30 horas de la madrugada, lugar desde donde se transportan las armas con destino a Arabia, y con meta frente a Expal, del grupo Maxam, diseñadora y fabricante de material bélico, en la localidad burgalesa de Quintanilla Sobresierra, pasando el Puerto del Escudo a las 9:45 y llegando a destino a las 16:55 horas.
La carrera, promovida por el colectivo NoViolencia con la colaboración de La Guerra empieza aquí, Pasaje Seguro Cantabria y Burgos con las personas refugiadas, Desde Burgos capital y Jai Jagat España ha contado con una veintena de corredores y medio centenar de participantes, que en cada encuentro daban como relevo el manifiesto leído a las 17:00 horas frente a la industria armamentística por el cese de las exportaciones y contra la guerra.
A su vez, una carrera de relevos más corta, de unos 31 kilómetros, salía desde Burgos hacia la fábrica tras una concentración previa frente a la Subdelegación del Gobierno a las 12:30 horas.
Estos esperaron la llegada del último relevo cántabro para, juntas, cortar la carretera de entrada a la fábrica de armas junto con la treintena de personas que acudieron directamente para ello.
A la llegada, los relevistas burgaleses fueron identificados por la Guardia Civil. De igual modo, en plena carretera nacional, a 7 kilómetros de llegar a la fábrica, la Guardia Civil dio el alto a los corredores cántabros, solicitando explicaciones sobre los detalles de la acción y procediendo a la identificación de todos los corredores sin explicación ni justificación de dicha necesidad. Los organizadores destacan que toda la acción, a todos los niveles, se llevo a cabo cumpliendo con toda legalidad existente.
Finalmente, todas las personas unidas, custodiados por la Guardia Civil, cortaron la carretera de entrada a la fábrica de armas, simbolizando el fin de la producción de armas, del comercio de armas y de la guerra.
La puerta a su vez se encontraba cerrada y bloqueada por vehículos de la seguridad privada de la empresa y por personal de la misma.
Con la lectura del manifiesto y despidiéndose del personal de seguridad y de la Guardia Civil, la acción acabó con un caldo compartido.
PUERTOS QUE CAMBIAN, UNA GUERRA QUE NO CESA
Hace seis meses que no hay escalas de barcos cargueros de armas en el Puerto de Santander, una situación que, sin lugar a dudas, ha sido gracias a la protesta de grupos activistas de la comunidad.
Se desconoce por el momento si este tipo de comercio está descartado en el puerto cántabro, toda vez que el presidente de la autoridad portuaria ha manifestado en repetidas ocasiones “el respeto a la legalidad”.
Lo que es seguro, dadas las cifras de tráfico que sitúan al santanderino como el segundo Puerto del Estado que más crece en 2019, superando los 6 millones de toneladas, es que el argumento económico esgrimido en repetidas ocasiones para defender el cargamento de armas se desmorona.
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Argumentos, legalidad y beneficios, que tampoco convencieron a los activistas que lograron sacar del puerto de Bilbao a Bahri, la naviera oficial saudí que atracaba en las costas vascas antes de llegar a las cántabras.
Sin embargo, tras el rechazo civil en Bilbao y Santander, otros puertos del Estado están absorbiendo estas demandas.
Recientemente se conocía que hubo cargas de explosivos en Motril fabricados en Granada o que el carguero Bahri Abha llegaba a Sagunto rodeado de un gran secretismo y adelantando la hora de atraque y salida para confundir a los colectivos que se oponían. El buque, que fue despachado dos días más tarde desde Génova, supuestamente hacia Egipto, ha llegado el día 25 al puerto saudí de Jeddah.