El proyecto de incineradora de Solvay abre el debate de la transición energética en Cantabria
El proyecto de incineradora (planta de valorización energética) de residuos de Solvay, dentro de su plan de descarbonización, ha abierto definitivamente el debate de la transición energética en Cantabria.
Solvay es responsable del 20% de las emisiones de CO2 en Cantabria, fundamentalmente por las dos centrales térmicas que generan calor y electricidad para su producción, como ha explicado el portavoz de Ecologistas en Acción, Floren Enríquez, en la tertulia de este lunes en EL FARADIO de ARCO FM.
“Es ineludible que esas térmicas de carbón tienen una fecha de caducidad y tienen que buscar una alternativa”, ha explicado Enríquez, que considera que la incineradora no es “adecuada”.
Como ha desgranado, la alternativa es “la quinta o sexta” según la directiva europea, emite CO2 y una contaminación que comporta “riesgos para la salud” y a largo plazo no será rentable porque se reducirán los residuos – lo que revela una planificación de Solvay “a corto plazo”-, entre otros motivos.
Ecologistas en Acción, que está de acuerdo con el sindicato USO, y Ayuntamiento de Polanco, que este lunes ha celebrado una Junta de Portavoces en la que se ha rechazado el “alarmismo” del portavoz parlamentario de VOX, Cristobal Palacio, anuncian ya que presentarán alegaciones.
LA ALCALDESA DE POLANCO SE REÚNE CON SOLVAY
La alcaldesa del municipio, Rosa Díaz, ha adelantado además que, tras reunirse este lunes con responsables de Solvay, la fábrica ha aceptado una reunión informativa con los vecinos de Polanco, que se celebrará una vez se conozcan y estudien las alegaciones al proyecto.
Díaz ha explicado en nota de prensa que la incineradora se alimentará de combustible derivado de residuos (CDR), que supondrá una inversión cercana a los 125 millones de euros y que sustituirá a la actual de carbón.
La alcaldea, que ha vuelto a rechazar las declaraciones de Palacio (VOX) por «imprudentes, alarmistas y poco responsables», ha señalado que el objetivo de esta presentación pública es que los vecinos de Polanco «conozcan de primera mano» el proyecto y también aclarar todas las dudas sobre el mismo surgidas en los últimos días a raíz de unas informaciones difundidas por el diputado regional de Vox, Cristóbal Palacio.
La alcaldesa ha resaltado la necesidad de que los vecinos conozcan «con total transparencia» los pormenores del proyecto y así disipar las dudas o preocupaciones surgidas a raíz de las declaraciones de Palacio, que ya el pasado viernes Rosa Díaz rechazó por
Por otra parte, el PSOE de Polanco considera que el debate está “aquejado de un exceso de controversia”, aunque ha lamentado un “exceso de prudencia” en el Consistorio en el tratamiento de la documentación ambiental.
Una documentación de más de 1.000 folios que estudian los técnicos “de manera exhaustiva” para presentar alegaciones “igual que se hizo hace meses al proyecto de depuradora alternativa Vuelta Ostrera”, según replica la alcaldesa en nota de prensa.
SOLVAY LO CONSIDERA UN PROYECTO “ESENCIAL” EN SU PLAN DE TRANSICIÓN ENERGÉTICA
Solvay rechazó en primer término las acusaciones de VOX, asegurando que en el propio proyecto, en fase de información pública, están todas las explicaciones.
Tras la posición de VOX, que valoró el proyecto como “tabú” y “sobre el que nadie quiere hablar”, Solvay respondía que se trata de una “caldera CDR”, un proyecto que considera “esencial” dentro de su plan de transición energética, ya que “permitirá sustituir una caldera de carbón existente en la actualidad”.
Según la fábrica, el proyecto se incluye dentro del plan de transición energética de la fábrica de Torrelavega, se anunció hace más de un año y se ha explicado a “muchos agentes sociales”.
Se trata, apunta Solvay, de una caldera que quemará un combustible derivado de un residuo urbano (CDR), que será previamente segregado y tratado fuera de las instalaciones de Solvay, “lo que está plenamente integrado en el concepto de economía circular”.
Además, añade que el Estudio de Impacto Ambiental realizado y que se adjunta la solicitud de autorización del proyecto, en fase de información pública en la Dirección General de Industria del Gobierno de Cantabria, “demuestra que el reemplazo de una caldera de carbón por otra de CDR no sólo mejorará la calidad del aire en el entorno sino que además emitirá mucho menos CO2, lo que es bueno para el planeta”.
Solvay añade que ambas instalaciones, la de carbón y la de combustible alternativo se encuentran muy próximas y a una distancia similar de los núcleos urbanos.
ECOLOGISTAS EN ACCIÓN
“Pensamos que Solvay no tiene la alternativa más adecuada, porque para sustituir esas térmicas necesita residuos que superan la producción de toda Cantabria”, que es de “unas 200.000 toneladas al año y Solvay va a necesitar 300.000”, ha señalado Floren Enríquez (Ecologistas en Acción)
Además, apunta que los residuos tienen “un poder calorífico pequeño, reducido, porque tienen cantidad de humedad, y es un problema”, al tiempo que apuntan que genera “alarma”, por los “suficientes estudios” que concluyen que la quema de residuos generan una contaminación que “alguna de ella peligrosa para la salud”.
Además, apuntan que la torre de 40 metros de altura es “pequeña” y no garantiza el “efecto de dispersión en la atmósfera”.
En su opinión, el proyecto “tiene bastantes pegas”, por lo que los ecologistas estudian soluciones para la necesidad de calor y energía en la producción de Solvay.
“Necesita una especie de panel, no hay una fuente energética única que le dé solución”, apunta Enríquez, que avanza que EA sí aceptaría “algún tipo de incineración de residuos menos contaminante”. “Pero no todos valen”, recalca.
Así, considera que “hay que buscar un sistema de generación de gas, porque Solvay necesita una producción energética muy fuerte”. Y no sólo Solvay, porque Cantabria tiene una industria “muy intensiva en consumo eléctrico”.
Además, EA plantea obtener una eficiencia energética clara de «las torres que actualmente disipan el calor de las térmicas de carbón», que se podrían aprovechar y obtener energía para calefacción en todos los barrios de alrededor. «No sólo por las torres sino también por la tubería que va a Usgo», ha matizado.
«Es ineficiente, sale a 70 grados el residuo que lanza al mar y todo el calor se está desperdiciando. Eso con un acuerdo con las administraciones se podría ver la forma de obtener algún recurso de todo esto», ha propuesto.
CANTABRISTAS LO CONSIDERA “UNA AGRESIÓN PROPIA DE OTRA ÉPOCA”
Cantabristas ha apostado en un comunicado por nuevas fórmulas de generación de energía para Solvay y se ha posiciona en contra de la incineradora, que “supone una agresión al medioambiente y a la salud propia de otra época”.
Cantabristas considera que es “un atentado a la salud de los vecinos de la zona”, por lo que el Gobierno de Cantabria “debería estudiar el asunto” y “velar por un desarrollo sostenible y una transición ecológica”.
La quema de 336.000 toneladas de residuos al año que propone Solvay “no es una práctica propia de esta época”, asegura Cantabristas, que añade también que esta forma de generar energía “es cortoplacista y dañina para nuestro entorno, muy alejada de los valores medioambientales del siglo XXI necesarios para afrontar el cambio climático”.
El partido ecologista considera que con esta propuesta Solvay solo atiende su propio beneficio económico privado, debiendo “ampliar sus horizontes y avanzar hacia métodos más responsables y sostenibles de producción de energía”.
Cantabristas ve oportuno entablar un diálogo con los dirigentes de la fábrica para estudiar otros medios más ecológicos y limpios de producción energética basados en las nuevas oportunidades que ofrecen la tecnología y las energías renovables.
Además, el partido soberanista afirma que los pasos hacia una transición ecológica, llevado de la mano de las empresas, son una potencial fuente de innovación que podría repercutir positivamente en el tejido laboral de un área tan deprimida económicamente como la comarca del Besaya.