Taller de escritura terapéutica en Eureka
Este miércoles, 22 de enero, comienza en Eureka un taller de escritura terapéutica dirigido por Rafael Margallo, que se desarrollará en cuatro sesiones a un precio de 15 euros para los socios y socias y de 25 para el resto.
Rafael Margallo es psicólogo, licenciado por la Universidad de Salamanca (1981) y está formado en Psicoanálisis, en su última etapa, en Gestalt.
Psicoterapeuta reconocido por la FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas), es miembro fundador y expresidente de la Asociación Española de Psicosomatoterapia.
Ha compaginado el mundo educativo con el de la terapia gestáltica. Los últimos años se ha dedicado a investigar sobre la Escritura Terapéutica. Trata de divulgar dicha técnica y extender sus beneficios a través de Asociaciones Culturales, Colegios Profesionales, tertulias radiofónicas, etc.
Según una nota que ha difundido Eureka, contar historias y escucharlas es algo que forma parte de nuestra naturaleza humana. Desde pequeños las escuchamos de nuestros mayores y, posteriormente, se las contamos a nuestros niños.
Ya desde la escuela aprendemos a escribir, seguimos las reglas y producimos los textos que nos solicitan. Lo que no se nos enseña es a expresar nuestros sentimientos con libertad, a conocer nuestro presente y pasado, a reflexionar y ordenar nuestras ideas, a escribirnos a nosotros mismos, a nuestros miedos e inquietudes.
Y de esto trata la escritura terapéutica (writing cure, written emotional expression o therapeutic writing). El objetivo es aumentar la conciencia de la persona que escribe. Se trata de un proceso, a partir de una mezcla de descripciones, reflexiones y observaciones, tanto internas como externas.
No se trata de escritura creativa puesto que no se pretende crear algo bello. Desde la libertad de poder escribir sin más, sin pensar en las construcciones gramaticales, la sintaxis, la crítica o la autocrítica, el objetivo es dar salida a nuestros sentimientos a través de la escritura y enfrentarnos a ello. El foco está en el proceso, no en el resultado, ni en la calidad artística. Nos miramos en el espejo de cada palabra, escrita u omitida deliberadamente, afrontando nuestras emociones.