Los empresarios Emilio Botín-Sánz de Sautuola, abuelo de la actual presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, y el presidente de la constructora OHL y propietario de Ferroatlántica, Juan Miguel Villar Mir, aparecen en el libro Franquismo S.A. de Antonio Maestre.

Así lo explica el periodista en una entrevista en EL FARADIO de ARCO FM (103.2 FM), previa a la presentación de su último libro en La Vorágine este próximo el sábado, 8 de febrero, a las 19.30 horas, en el que traza la “genealogía empresarial” de las familias que se convirtieron en oligarquía tras la guerra civil española.

Un “hilo negro” que se empezó a trazar con el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, con “múltiples casos” de “las mismas familias, las mismas empresas, que gracias a una dictadura criminal pudieron hacer una acumulación material y poder mantener ese poder en la actualidad”, porque son “el núcleo del capitalismo español actual”.

En concreto, el libro describe la responsabilidad de Villar Mir “con el trabajo esclavo en la construcción del Valle de los Caídos” o cómo Botín “engañó a los republicanos” tras el golpe de Estado: “se fue a Suiza a ingresar un dinero por el que en la actualidad ha tenido que pagar una multa y cuando volvió se pasó al bando fascista”.

A partir de ahí, según Maestre, “desarrolló una carrera muy fructífera con una legislación muy favorecedora del Régimen con los grandes bancos”, además de que el Santander consiguió quedarse con el Banco Central, “uno de los primordiales en la financiación del golpe”.

Por su parte, OHL y otras constructoras “que habían financiado el golpe de Estado y que fueron afines al régimen” se beneficiaron de “toda la reconstrucción de España” a través del Patronato de Regiones Devastadas (en el caso de Santander, a la reconstrucción de la guerra se unió la del incendio del 41, núcleo central de la investigación de EL FARADIO en el libro EXPULSADOS).

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‘ARISTOCRATADA’ DE SEGUNDO NIVEL Y ENDOGAMIA

Las familias que salen en Franquismo S.A. desarrollaron una “endogamia bastante llamativa”, explica Maestre. “Es la aristocratada de segundo nivel, esas especies de castas en el siglo XIX de gente que no era pero quería llegar a serlo”.

Así que se dieron “matrimonios de conveniencia” entre los hijos, hermanos, hermanas, para crear “una especie de clase social por debajo de la aristocracia, de oligarquías en las que intentaban copar todos los estratos de la sociedad”.

Según ha comprobado Maestre en su investigación, “todos los nombres” de estas oligarquías “se replican” en familias como los Oriol, Primo de Rivera, Entrecanales, o Botín. “En todas en sus ramas y en sus nombres aparece un nombre de esas otras grandes familias”.

Y para concluir cita a Félix Millet, porque “también la burguesía catalana hace mucho de esto”, en una frase: “en el fondo somos 400 familias y nos conocemos todos”.

HERENCIA MORAL, EXPOLIO Y REPARACIÓN

Franquismo S.A. habla también de aquella “herencia moral” de las grandes empresas que tuvieron una responsabilidad “directa” en el golpe de Estado y en la represión franquista. “Heredaron los beneficios pero no han tenido ninguna intención de paliar todo el daño que causaron”, subraya Maestre.

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El periodista traza en su último libro una “especie de memoria comparada” con Alemania, y como intento de que surja el debate de “la necesidad de reparar a los expoliados de la guerra”.

Maestre recalca que todo el proceso de acumulación material y de expolio se hizo a costa de “multitud de perdedores de la guerra y no se ha reparado en ningún caso y de ninguna forma”, algo que “sí ha existido en Alemania” mientras que en España “ni siquiera se ha hablado de esto” aunque “estamos a tiempo”.

Y argumenta que en Alemania el proceso de superación del nazismo tiene un origen anterior al proceso de superación del franquismo en España, porque pasó 30 años antes. “Hitler murió en el 45 y además perdieron la guerra”, subraya, al tiempo que documenta cómo en el año 2000 el Bundestag creó una Fundación (‘Memoria, dignidad y futuro) que “permitía que todas las empresas que se habían lucrado con el nazismo se adhirieran e indemnizaran a las víctimas”.

De esta manera, considera que es “fundamental empezar con este tipo de reparación”, porque para otros tipos sería necesario cambiar la legislación completa “empezando por la Ley de Amnistía y otras muchas leyes” que “no parece que esté en el debate público”.

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