Mirando al mar
A ver se aprende mirando, pero, ¿cómo se aprende a mirar? A mirar para ver, no algo distinto de lo que se mira, sino para descubrir con la mirada lo que no se aprecia a simple vista. Esto es lo que distingue a la mirada del artista de la del que no lo es, cualquiera que sea la forma de expresar su obra. El artista fija su mirada en un objeto, y ve más de uno, sin que deje de ser el mismo.
Es lo que le ocurre a la mirada del pintor Sergio Piris. Puede mirar directamente a la misma playa, y en cada cuadro, expresarla distinta, siquiera con sutiles matices diferentes. Otra peculiaridad de la mirada del artista es que dirige la mirada de quien observa su obra, como sabe quien haya visto la colección de cuadros con mar, que Sergio Piris expone en el Gran Casino de El Sardinero, bajo el epígrafe de “Impresiones y texturas”.
Excepto un número reducido de cuadros, que tienen por motivo espacios urbanos, la mayoría miran al mar, principalmente desde una playa, de Santander y Cantabria, pero también desde un muelle.
Entre la figuración y el impresionismo, el pintor ofrece panorámicas -ese es el formato de la mayor parte de los cuadros-, con diferentes ángulos de visión, predominando los de mayor amplitud. Lego en pintura, solo espectador he visto los cuadros, siguiendo la mirada del artista, y he sido depositario de la poética, que informa al conjunto de la obra expuesta.
Una poética, por la que lo conocido se reconoce como nuevo, porque la mirada modifica la realidad, que reflejan los pinceles. Una poética, por la que quien no conozca lo que mira lo acaba viendo con toda suerte de detalles cambiantes. Un objeto no se ve igual, si se mira al amanecer o al atardecer: entre otras cosas, la luz no es la misma.
La poética, que envuelve los cuadros de Sergio Piris es la de la atención a los cambios de luz, a las tonalidades de la arena, a los colores del mar, a la brillantez o la opacidad de los cielos. Cambios, tonalidades, colores, fulgores u oscuridades, que el artista ve en modo impresionista, que es la mirada que tiene predilección por las aguas y sus circunstancias, a las que el artista pinta del natural, como es el caso de Sergio Piris.
El día 16 se clausurará la exposición. Quienes no la hayan visto, aún pueden “impresionar” sus miradas, que se revisten de una poética, cuando ven arte.