“El amor sólo tiene que producir bienestar” y nunca “explotación”
La antesala del inminente 8 de Marzo, el Día Internacional de la Mujer, viene precedida además del Día de San Valentín, una cita en la que se reflexiona sobre el amor y en la que, superada la parte de debate sobre los fines comerciales, se abordan también cuestiones como las relaciones, el mito del amor romántico o las relaciones tóxicas.
La activista feminista y divulgadora Irantzu Varela, colaboradora de medios como Píkara o Público, pasaba este jueves por el Centro Social Ítaca de Torrelavega invitada por La Ruda y las Asambleas Feministas Abiertas, y previamente abordaba en EL FARADIO DE LA MAÑANA cuestiones relacionadas con la igualdad o la lucha feminista.
Respecto al amor romántico, Irantzu Varela defiende que “el amor sólo tiene que producir una cosa: bienestar”.
Pero, advierte, “hay un montón de situaciones y relaciones en la que no ha producido nada”.
Por lo que insta a preguntarse es “cuánto bienestar te produce” una relación y si se generan “cuidados” mutuos en lugar de “explotación”.
En ese espectro, Varela apela a un nuevo modelo de masculinidad, que no vincule la masculinidad con “el hecho de que se puede acceder al cuerpo de las mujeres cuando te da la gana”, aunque sea recurriendo a las drogas o la violencia.
Se trata, en suma, de “desmontar” ese discurso sobre una determinada forma de masculinidad “que no le sienta bien a nadie“, que hace que haya hombres y chicos jóvenes que se sientan “incómodos” con esos tópicos.
De todos modos, Varela confía en el avance de la lucha por la iguadad: “Yo creo que dentro de cinco años van a decir lo mismo que decimos ahora, así que sólo es cuestión de tiempo”.
“Esto es imparable, no tiene vuelta atrás. Cuando se despierta la conciencia y se pierde el miedo, entonces ya no hay manera de volverte a convencer de que la opresión es el estándar”, sentenciaba Irantzu Varela.
Respecto a la violencia de género, Varela critica la situación de “absoluta desprotección” –que conoce “en primera persona”—que sufren las mujeres a la hora de denunciar casos de violencia de género: de los diez casos que hay ya este 2020, ninguna había llegado a denunciar, frente a la “falacia” de la “propaganda machista” de las denuncias falsas, que los propios órganos judiciales han calificado de irrelevantes.
De fondo, el problema de que “tenemos una sociedad que naturaliza la violencia en el marco del amor romántico sexual”, lo que se refleja en expresiones como “cada pareja es un mundo”, “bueno, es que está muy estresado” o “ya no aguantas nada” y que crean un caldo de cultivo que disuade de presentar denuncias.
A esto se suma la “doble victimización” que pone el foco en la víctima en lugar de en el agresor, o de la “colaboración necesaria” de quienes presencian o conocen cualquier tipo de agresiones y no reaccionan.
Hablando de focos, Varela también se refiere a cómo en el debate público se desvirtúan demasiadas situaciones: por ejemplo, al hablar de las manadas, las violaciones en grupos, se corre el riesgo de tapar que “la mayoría de las violaciones se producen en el entorno de la propia pareja”.
“Todas hemos intentado sobrevivir y buscamos una salida colectiva a esta situación de opresión”, recalca, instando a continuar con esa lucha de forma colectiva entre las mujeres, incluyendo a las precarias, LGTBI o racializadas.