Los intergrupos españoles de apoyo al Sáhara, grupos que existen dentro de los distintos parlamentos autonómicos con representantes de todos los partidos, han aprobado en Santander una declaración en la que se pide que se adopten todas las medidas para evitar la situación de abandono y expolio del pueblo saharaui. Esta declaración luego se trasladará al resto de parlamentos autonómicos.

La XXIV Conferencia Paz y Solidaridad, que se celebra cada año en una ciudad distinta, se producía este fin de semana en Santander, en el Parlamento de Cantabria, cuyo intergrupo lo preside la diputada regionalista Teresa Noceda, alcaldesa de Comillas.

Intergrupo parlamentario

A la conferencia asistía el nuevo representante del Frente Polisario para España, Abdullah Arabi, quien en conversación con EL FARADIO remarcaba que citas como esta, en la que están todos los parlamentos autonómicos y representantes de distintos partidos, sumados al apoyo que palpan de ayuntamientos y sociedad civil en general, confirman el “enorme divorcio” entre la sociedad española y sus instituciones estatales.

A ellos les gustaría “acelerar la solución” al conflicto del Sáhara Occidental, y hacerlo de forma “política”, aunque lamentan que son décadas sin avances ni responsabilidades por parte de los países implicados, que están dejando de “presionar” a Marruecos para pasar a la “complicidad”.

Así, en el último congreso del Frente Polisario emitieron un comunicado en el que exigen a Naciones Unidas “señales reales” de que quieren “avanzar” en la solución, lo que les llevaba a advertir de que de no producirse podrían “reconsiderar” su “continuidad” en el proceso de paz y la vía pacífica.

Frente al apoyo de municipios o autonomías, los gobiernos de España “en lugar de gestionar este sentir, optan por agradar a Marruecos”. “Han dejado de escuchar a su sociedad, que está del lado de la justicia y los derechos humanos”, lamentaba.

Una de las principales manifestaciones de ese apoyo social es el programa de acogida en verano a niños saharauis Vacaciones en Paz, que en Cantabria organizan las asociaciones Alouda y Cantabria por el Sáhara, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs.

Un programa que se resintió de los años de crisis, dándose un descenso de casi el 50% de usuarios, que ahora se trata de “remontar” porque es su “proyecto estrella”, el que pone en contacto a familias españolas y saharauis y permite mantener y estrechar sus relaciones. Aquí se produce otro contraste con la actitud del Gobierno central, que recientemente hablaba de una alerta antiterrorista en los campamentos, una situación de riesgo que no tenía reflejo en los relatos que sobre el terreno hacían las familias, los cooperantes o las instituciones.

Rodríguez ensalzaba la implicación de distintos profesionales del sector sanitario que se desplazan a los campamentos de refugiados en Tinduf para ejercer sobre el terreno y la colaboración que se presta desde hospitales, colegios oficiales como los de médicos, enfermería o farmacéuticos, más ayuntamientos y ONGs en esta labor humanitaria.

“Todas estas actuaciones son las que nos ayudan a hacer mejor y más habitable este mundo en el que vivimos, pero hemos de seguir trabajando para que todos estos programas dejen de ser necesarios. Y dejen de serlo no porque nosotros perdamos nuestra solidaridad, sino porque, por fin, Naciones Unidas obliguen a respetar los derechos humanos”, ha finalizado el consejero.