«La tecnología ha ido muy por delante de la ética y no podemos consentirlo»
El instituto Villajunco de Santander acoge este martes una jornada sobre coeducación, dirigida a responsables de igualdad de centros educativos y a equipos directivos, organizada por el Centro de Formación del Profesorado (CEP) de Santander y la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria.
La cita comienza a las 9.30 horas y se prolongará durante todo el día, hasta las 19.45 horas, con el objetivo de abordar la importancia de la coeducación y la educación en igualdad como imprescindible para corregir las desigualdades, con la perspectiva de que es una disciplina integral que requiere la participación activa de la comunidad docente.
La jornada la abrirá Mercedes Martínez, directora general de Innovación e Inspección Educativa, y también intervendrá Arantxa Martín, jefa de la Unidad Técnica de Atención a la Diversidad y Convivencia.
En ella intervendrán figuras con experiencia en la educación en igualdad, como Carmen Martín y Bárbara Bretones, de la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida (ACCAS), que hablarán sobre ‘Emociones, relaciones, sexualidades’; o la investigadora del Instituto de Física de Cantabria (IFCA) Marta Seror, que se centrará en la ciencia con perspectiva de género.
Además, habrá una mesa redonda sobre ‘La sombra de la violencia de género en los centros educativos’, en la que estarán Consuelo Gutiérrez (directora general de Igualdad del Gobierno de Cantabria), Miriam Bustillo, trabajadora social y formadora en igualdad en colegios e institutos, de la asociación MUJOCA –Mujeres Jóvenes de Cantabria–, Marc Torrano o Nieves Rozas.
Y participarán referentes nacionales en la materia, como Marian Moreno, profesora en Gijón, experta en coeducación y una de las creadoras del premiado proyecto Skolae en Navarra; o Lucas Platero, experto en pedagogías queer y diversidad sexual.
Moreno ha atendido nuestra llamada en EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM, para hablar sobre los objetivos de actos como este. La ormación en igualdad le parece algo fundamental, mucho más en los tiempos del pin parental, que «es un ataque a la educación pública».