Un 8M de feminismo frente al negacionismo
Es la última tertulia de EL FARADIO antes del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que este año cae en domingo y que en la política de partidos viene precedido de un debate polarizado, marcado por el anteproyecto de Ley de Libertad Sexual (sólo sí es sí), del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero (Unidas Podemos) y el distanciamiento del feminismo que ha capitalizado la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo (CAT), que ve peligrosa la «colectivización» de las mujeres.
Podía haber sido una previa del 8M con las 14 asesinadas a manos de sus maridos y exparejas más presentes – o de los 10 quebrantamientos de condena de alejamiento en Cantabria en los dos primeros meses del año-, pero se ha hablado más del eslogan de las movilizaciones feministas de estos últimos años «sola, borracha, quiero llegar a casa», que el propio PP, y las derechas en general, en la construcción de un discurso del ‘feminismo liberal’ – sic-, han querido llevar a un error de planteamiento en términos de salud pública y de ocio nocturno, pero que muchas mujeres contextualizan, desde hace años, en el miedo que sufren ellas por ser mujeres y que nunca han sentido los hombres.
En el estudio de ARCO FM Cantabria, tenemos a María Jesús Cedrún, consejera del CES en España y exsecretaria general de UGT Cantabria. Y a Gema Martínez, docente, ‘gilda’ y cantante (La Mala Hierba y Spanish Peasant actuarán en la calle San Celedonio, frente al Bolero, en la fiesta popular tras la manifestación de este domingo).
«Andando por la noche oímos pasos por detrás y siempre hemos sentido miedo», expresa Cedrún, a lo que Gema añade que «es una realidad que forma parte de nuestra construcción como mujer», porque desde muy pequeñas «se instala culturalmente». «Tu abuela, tu madre, tu padre, te dan a entender que tienes que tener precaución en determinadas situaciones. A mi hermano no le han tenido que cubrir, siendo menor que yo, no le han tenido que decir ten cuidado, llama…».
«Por la noche no vayas sola a ningún sitio», añade Cedrún sobre un miedo – retoma Gema-, que «parte de lo que se ha abierto» con la ola feminista de estos últimos años, porque «forma parte de nuestra experiencia vital» y es «una experiencia compartida en muchas situaciones por otras mujeres, aquí, en Suecia o en Argentina». «Es un problema sistémico y un problema cultural», asevera.
Sobre la semana de CAT, no se sorprenden de su miedo a la «colectivización»; ella es «muy individualista, todo lo que sea colectivización la tiene que sonar fatal», critica Cedrún; «es el síndrome de la abeja reina», recalca Gema. CAT tiene una «situación de privilegio en muchísimos ámbitos, no ha necesitado colectivizarse». «Nació empoderada», remata la exsecretaria de UGT, que sin embargo se declara «optimista» porque «en 30 años hemos evolucionado un montón y la cosa ha mejorado muchísimo».
Según lo ve, «las mujeres lo tienen más claro y las chicas jóvenes también, cuál es su papel y su forma de estar. Y los chicos en su mayoría también», pero considera que «todavía quedan cosas pendientes», porque «hay un porcentaje muy alto de mujeres que no han llegado a conseguir estas cotas de igualdad».
«Estas que piensan que viven en igualdad no se dan cuenta de micromachismos que sufren, de comentarios, actitudes… y no son conscientes, tienen la sensación de normalidad y de igualdad», añade en alusión a mujeres con discursos más conservadores.
DISCURSOS EMOCIONALES DIRIGIDOS A HOMBRES «DESUBICADOS»
Y entra en el debate, relacionado con el negacionismo o con la fuerte reacción al feminismo, el asunto del papel de los hombres, de los roles de masculinidad. «También hay chicos jóvenes que asumiendo la igualdad su maduración no ha llegado a los niveles de dónde situar su masculinidad, están descolocados, no saben como situarse», introduce Cedrún.
Así, explican que «si actúan como la costumbre y el instinto, dicen ‘estoy siendo machista’, pero si actúan de otra manera pueden ser vistos como débiles», por lo que, en su opinión, «necesitan comprensión, ayuda y fortalecimiento». «También tienen que colectivizarse para ellos asentarse como hombres con el papel que les toca jugar. Somos diferentes no somos desiguales», reivindica. Y cree que «por ahí hay que avanzar», por lo que también opina que «los radicalismos» a muchos hombres y chicos jóvenes «no les ayuda».
Gema Martínez cree que «el trabajo por el empoderamiento de las chicas, de las mujeres, por alcanzar su lugar, su estrato, es algo a lo que se le lleva dando sustrato durante mucho tiempo, pero se ha dejado de lado cómo estar como hombre, con una nueva manera de ser hombre».
Es por eso que estos discursos – de la reacción- «es fácil que lleguen a alguien que está desubicado». Y los discursos no sólo vienen del desconocimiento hacia el movimiento feminista, también desde la voluntad de confrontar
«En nuestro país tenemos un movimiento político que capta con mensajes muy cortos y muy directos, estos sentimientos instintivos y emocionales más que racionales. El peligro está ahí», advierte Cedrún.
«Es muy fácil que en este momento que hay una reacción tan bestia, que se acoja a cualquier fisura y a cualquier grieta», reflexiona Gema, que además observa que «normalmente quienes atacan por ahí se mueven en estos códigos del enfrentamiento continuado» y «del si no estás conmigo estás contra mí».
LA REFLEXIÓN Y EL AVANCE FRENTE AL RIESGO DE LA INMEDIATEZ
Por otra parte, subraya que en tiempos de inmediatez «parece que cuando te interpelan tienes que dar una respuesta inmediata, porque si no, parece que no la tienes», lo que «impide una reflexión», al tiempo que «juega en contra del movimiento feminista y de cualquier movimiento que quiera transformar».
Frente al reduccionismo y la simplificación de los discursos negacionistas de la reacción, Gema Martínez recuerda que «el debate dentro del feminismo es consustancial a él, porque es un movimiento político inclusivo», de manera que «a medida que va avanzando va a tener que abrir la mirada a otras realidades».
Y se refiere a que «no es lo mismo una mujer racializada que una mujer blanca de clase alta, que ha tenido todas las oportunidades desde su código postal, no desde su código genético». O recuerda el tema de la prostitución, entre el abolicionismo y el regulacionismo… es consustancial al movimiento feminista el debate», finaliza.
EL 8M EN SANTANDER
La manifestación está previsto que salga de la rotonda de Puertochico a las 12 del mediodía y finalizará en la Plaza del Ayuntamiento de Santander. Es un recorrido distinto al de años anteriores, entre Numancia o Cuatro Caminos y el Ayuntamiento, aunque es el mismo de los pasacalles matinales, en confluencia con las movilizaciones de estudiantes de los últimos 8 de marzo.
En el Ayuntamiento se desplegará un gran telar, Almazuelas 8M, elaborado a partir de retales cosidos por mujeres de forma colectiva. Se leerán los manifiestos de las Asambleas Feministas Abiertas de Cantabria y de la Comisión 8 de Marzo. Y a continuación la marea violeta se desplazará a la calle San Celedonio 35, al entorno del Bolero, donde habrá una fiesta popular con actuaciones, exposición y música en directo de La Mala Hierba y Spanish Peasant.
Las Asambleas Feministas Abiertas de Cantabria han convocado una huelga de consumo y cuidados, y animan a colgar los delantales de los balcones, en especial a las mujeres que no puedan asistir a la manifestación.
EL FARADIO hará seguimiento de la jornada en su perfil de Twitter, con actualizaciones en la web y resumen el lunes, a las 8 de la mañana, en ARCO FM (103.2).
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