La Red Cántabra de Apoyo Mutuo reparte 2.500 equipos de protección entre trabajadores y personas en riesgo
Desde el viernes y a lo largo de los próximos días, la Red Cántabra de Apoyo Mutuo repartirá alrededor de 2600 pantallas de protección, gracias a la colaboración de pequeñas mercerías y librerías que donaron materiales, un importante equipo que las elabora manualmente, y también a la aportación de 3DMakers, que imprime cada día varios cientos.
A su vez, hay por toda la Comunidad Autónoma una importante red de personas de avanzada edad que no puede formar parte del equipo de voluntarios que lleva alimentos o medicamentos, pero está en casa cosiendo mascarillas, de las que se han repartido 2500.
Finalmente, se han podido distribuir 4400 guantes impermeables, que en estos tiempos son un bien preciado por la dificultad de conseguirlos: «no se elaboran en Cantabria y el libre mercado global, lejos de la idoneidad que se le atribuye, está disparando su precio, explotando económicamente una crisis sanitaria», lamenta la red.
En el reparto de equipos se ha priorizado dos perfiles:
Por un lado, personas que pertenecen al grupo de riesgo (por tener más de 60 años o alguna patología) que necesitan salir de casa mejor protegidas para ir a la consulta o por otra necesidad.
Por otro lado, trabajadores y trabajadoras que tienen que seguir desempeñando su labor y lo hacen cara al público, en tienducas, farmacias, quioscos, reparto a domicilio de productos agrarios o grandes supermercados.
«Cabría una reflexión sobre cómo una red de voluntariado surgida en dos semanas, con modestas donaciones personales y trabajo altruista, es capaz de mejorar las condiciones de gente en situaciones así, mientras los raquíticos servicios sociales del Estado y las grandes empresas mantienen sin la debida protección, incluso, a los sectores más necesitados de nuestro pueblo», plantean.
«Nuestro enfoque, desde que surgimos, ha sido siempre sumar por encima de todo, para enfrentar esta emergencia sanitaria, actuando con la máxima responsabilidad y sentido de comunidad. En su inmensa mayoría, tanto los pequeños comercios como las autoridades políticas, están teniendo una actitud facilitadora y colaboradora. Pero actitudes como la de las grandes multinacionales, con recursos ingentes que no revierten en sus trabajadores, así como la de una corporación municipal en concreto, más interesada en capitalizar el reparto que en facilitar que los materiales pudieran distribuirse entre los vecinos que los necesitan de forma segura, deben ser corregidas para salir de esta situación y evitar repeticiones futuras», advierten.
El plan de la Red Cántabra de Apoyo es ahora retomar el reparto de comida y medicamentos para quienes no pueden salir de casa, continuar con el acompañamiento telefónico para aquellas personas a las que ayuda conversar, seguir elaborando materiales para futuros repartos y difundir una app que tenemos ya ultimada para compartir WiFi, ayudando a que todos nuestros vecinos tengan acceso a la educación a distancia y la información.