«Poco después del Estado de Alarma, me suspendieron las sesiones de rehabilitación»
Marc Torrano lleva ya mucho tiempo viviendo en Laredo. Se mueve en silla de ruedas, y también sufre la prohibición de salir de casa. En este tiempo de confinamiento, existen ciertas excepciones, como ya contamos en su día con el caso de las personas con trastorno del espectro autista, que pueden salir acompañadas por una persona. Para aquellas con discapacidad, también supone un problema no salir a la calle.
Cuando alguien está acostumbrado a salir de casa simplemente para hacer ejercicio y no lo puede realizar en su casa en las mismas condiciones, ya supone un cambio que puede resultar desagradable. Cuando ni siquiera se puede salir para dar una vuelta a la manzana, la sensación de encierro es peor. Con una movilidad reducida, desde luego agradable tampoco es. Así nos lo contaba Torrano en una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑANA, en Arco FM.
En un momento de confinamiento en el que se deja a las personas con perro salir a la calle, aunque sea a poca distancia de su casa, cabe la duda de si es pertinente ampliar ese permiso a otras personas. Si es también durante pocos minutos y muy cerca del hogar, se podría comprender que se abriera la mano. ¿O se pondría en riesgo la tendencia actual que parece decir que podemos doblegar la curva pronto? ¿Se debería dejar a los niños salir a dar un paseo acompañados de sus padres?
La situación se complica cuando se cancelan citas médicas o sesiones de rehabilitación, o incluso que se recorte la atención domiciliaria a personas que requieren de ella. Se vuelcan tantos esfuerzos en derrotar al Coronavirus, que hay gente que debe esperar, ojalá que por poco tiempo, para seguir con sus importantes rutinas.
Para todos estos puntos de vista, el confinamiento es, si cabe, más problemático que para la gente que vive encerrada, sin ni siquiera poder ir a trabajar, pero que no tiene más impedimentos que el de la cuarentena propiamente dicha.