«Es momento de compartir historias de personas que hacen que la ganadería, agricultura y pesca sea una realidad viable»
Desde el grupo Deluz, que incluye los restaurantes ‘La Caseta de Bombas’ o ‘Celso y Manolo’, ha querido hacer mención especial a los pequeños productores cántabros durante este confinamiento, para ofrecernos una reflexión sobre la importancia de su trabajo y de apostar por la producción local y de proximidad.
Así, se refieren «A pastores con corazones grandes como sus montañas. A marineros con cabezas fuertes, curtidas a diario en la mar. A queseros que nos hacen felices por las mañanas cuando desayunamos su queso fresco. A elaboradores de yogur que se les llena la cara de orgullo cuando hablan de lo ricos que están sus yogures. A viticultores que se pusieron a hacer vino en nuestras montañas cuando nadie apostaba por ellos. A los agricultores idealistas con tesón y alma llena de ganas de sentir la tierra como la sentían sus abuelos. Vaqueros y vaqueras del siglo XXI que nos han hecho ser muy felices estos años cuando mordíamos una hamburguesa de sus terneras ecológicas y nos terminábamos todos los escalopines empanados de un plato».
Nos presentan a Dani, ganadero además de maestro, que vive en San Martín de Hoyos con su abuela y su padre, Jose. Esta zona de Valdeolea es uno de esos lugares donde no pasa casi nadie; solo hay 11 habitantes.
Dani tomó las riendas de la ganadería para seguir la estela de su madre, Conchi, una mujer que ha marcado un antes y un después en la ganadería ecológica de España. Escribía en su blog, ‘Ecovaldeolea’, y era como leer a una antropóloga haciendo tesis sobre cómo eran los pueblos de Cantabria hace 30 o 40 años, y lo que son ahora.
“Hace poco comimos con él en Santander y sus ojos irradiaban futuro. Su fuerza en la mirada es la mezcla de los dos, de su padre y de su madre, aunque los pensamientos y las ideas ya le pertenecían a él” relata Carlos Zamora, del grupo Deluz.
Dani decidió dejar la enseñanza para seguir con la ganadería de su madre, orgullo para los cántabros. Una nave en mitad de una loma y Castilla en el horizonte. No en vano hay una torre del siglo XIV que servía de vigía de la entrada al valle de Campoo por Castilla. Y, de paso, una iglesia románica del siglo XII.
“Nosotros le compramos sus terneras ecológicas para nuestros restaurantes, pero también, si quieres, le puedes llamar y te venderá un lote para que compartas con tus vecinos o para que guardes en el congelador para tener toda esta cuarentena” señala Zamora, y añade que “si pruebas uno de sus filetes, vas a querer irte hasta Valdeolea para conocerle a él, a su padre y a su abuela”.
La información puede encontrarse en su blog www.ecovaldeolea.blogspot.com, o en el teléfono 630 102 918.
“Ellos siempre han sido nuestro faro y nuestro apoyo en estos últimos 14 años en las noches que a uno le costaba dormir” indica Zamora. “Hoy no hablo yo, lo cuenta Nicolás”, otro de los pequeños productores con los que trabaja en sus restaurantes, que elabora el queso ‘Los Tiemblos’ en la Sota.
“Hace un par de meses subimos a Peña Cabarga y divisábamos Cantabria entera hasta Burgos, Vizcaya, Palencia y Asturias como contaba Unamuno en sus excursiones por los valles pasiegos” relaza Zamora, y señala que “ahora y más que nunca estos productores necesitan ese apoyo de la sociedad”.
Zamora recuerda que “es fácil porque como dice Nicolás, está riquísimo el queso de Los Tiemblos. Para nosotros son ya familia, podríamos decir hasta primos porque el trato es lo que hace ser familia. Nos alimentamos con sus quesos y yogures y la vida incluso en estos momentos se lleva mejor porque también te lo traen dos veces a la semana a casa”.
Sus vacas están a 1000 metros de altura, solo producen 12 litros de leche al día, ecológica porque solo comen hierba y cereales ecológicos. Una vaca normal produce 40 litros y solo vive 4 años. Las de los tiemblos viven hasta casi 20 años. Esta leche tiene unos índices naturales de omegas que rebajan el colesterol sin necesidad de “esas cosas con añadidos artificiales”.
Viven en la Sota, cerca De San Pedro del Romeral, uno de los valles más bonitos y más salvajes de este país. Para comprarles sólo hay que llamarles por teléfono, con paciencia porque hay zonas que no tienen cobertura, al 609 407 745. “Y también os puedo asegurar que cuando termine esto si vais a conocerles entenderéis y todavía os sabrán más ricos” concluye Zamora.