UGT advierte del incremento de contagios en trabajadores de supermercados y grandes superficies
El Sector de Comercio de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (FeSMC) de UGT en Cantabria ha exigido que se realice test de detección del Covid-19 al personal del comercio que sigue operativo por trabajar en actividades esenciales, principalmente en los supermercados y grandes superficies comerciales.
El sindicato advierte que “empiezan a ser frecuentes los casos de contagio” de estos profesionales, vinculados a centros de trabajo que en estos días tienen una considerable afluencia de clientes y se han convertido “uno de los lugares de mayor interacción social”.
UGT recuerda que “los trabajadores y trabajadoras de supermercados y grandes superficies, que están realizando una labor fundamental para garantizar el suministro, están en permanente contacto con clientes y también con personal de logística y subcontratas, lo que multiplica su riesgo al contagio”.
“Venimos reclamando en todo momento extremar las precauciones en este sector esencial hoy en día para la sociedad, dotando a sus plantillas de los medios de protección necesarios, tanto por su propia seguridad como por la de los clientes”, subraya el Sector de Comercio de UGT en Cantabria.
El sindicato matiza que “una vez se hayan podido realizar los test al personal sanitario y de las residencias y al de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, el de los supermercados o grandes superficies debe ser considerado prioritario para ello porque es un colectivo especialmente expuesto al contagio del Covid-19”.
Y SIETE POSITIVOS EN CORREOS
Además,CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios de Correos, han llamado la atención sobre las elevadas cifras de contagio y el alto porcentaje de trabajadores/as afectados en Correos por coronavirus, la empresa con mayor plantilla del sector público, 53.000 efectivos.
A fecha 14 de abril, según la empresa, ya son 836 trabajadores/as con casos positivos y 2.197 en cuarentena, lo que suponen 3.033 casos en todo el Estado.
Las organizaciones sindicales han denunciado que Correos viene ocultado los datos provinciales o autonómicos desde el 6 de abril, última fecha en que los publicó, una maniobra que pone de manifiesto, nuevamente, la falta de transparencia y la nefasta gestión del presidente de Correos y que choca frontalmente con la política de transparencia del resto de la Administración y del propio Gobierno.
Estos datos sitúan a Correos (1,599% de la plantilla total) casi 5 veces por encima de la media de la población, colocando al colectivo de Correos como el de mayor contagios del país, solo por debajo del sanitario (4,875%), y levemente por encima de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado (1,588%).
CCOO y UGT achacan estos datos a la alta exposición a la que han estado sometidos los trabajadores y trabajadoras de Correos en las primeras semanas de la crisis sanitaria, desde que se decretó el estado de alarma, el 14 de marzo, y tras la decisión del presidente de la compañía, Juan Manuel Serrano, de mantener a toda costa el nivel de actividad de la empresa por ver en el comercio electrónico una oportunidad de negocio.
El presidente, con una decisión personal, contra el criterio de una parte de su equipo directivo, y de las organizaciones sindicales CCOO y UGT, forzó a la plantilla a trabajar sin medios de protección (ni guantes, ni geles, ni mascarillas, ni mamparas), exponiendo a miles de trabajadores/as al contagio.
En Cantabria, el total de posibles casos por coronavirus es de 7 trabajadores/as, y el detrabajadores/as en cuarentena a 20.
Estos datos son el reflejo de los incumplimientos de los protocolos sanitarios y de las medidas de seguridad en la provincia, en la que han destacado la falta de medios de seguridad para los trabajadores/as en los primeros días del Estado de Alarma, el incumplimiento de los protocolos de cuarentena en, o las insuficientes medidas de desinfección de carterías y oficinas.
CCOO y UGT recuerdan, en este sentido, que no solo los trabajadores/as son susceptibles de ser contagiados sino que, por las características del servicio postal público, por su capilaridad para llegar a cualquier punto del país, pueden convertirse en transmisores de contagios a la ciudadanía.