Presidencia suspende las autorizaciones a nuevos locales de apuestas
La Consejería de Presidencia del Gobierno de Cantabria ha acordado suspender las autorizaciones de funcionamiento de nuevos salones de juego y locales de apuestas en Cantabria en tanto se aprueba una nueva Ley de Juego que incorpore medidas de planificación del número de autorizaciones de establecimientos de juego.
Así lo explicita un acuerdo del Consejo de Gobierno de Cantabria de finales de marzo publicado ahora en el BOC y consultado por EL FARADIO.
En el acuerdo se matiza que en el caso de que, en el plazo de nueve meses no hubiese entrado en vigor la nueva Ley, se efectuará una evaluación de la oferta de juego existente con el fin de determinar la necesidad de adopción de un nuevo acuerdo.
En cualquier caso, esta suspensión no afectará a aquellas solicitudes de autorización en las que quede acreditada la obtención de licencia de obra y/o actividad en el Ayuntamiento respectivo con fecha anterior a la adopción de este acuerdo.
La instalación de nuevas casas de apuestas había suscitado mucha alarma vecinal, en especial en barrios santanderinos como Cazoña, por la cercanía a colegios e institutos (en el caso de Cazoña se concentraban hasta tres casas), al haberse tramitado antes de la modificación legal por la que Cantabria impuso esos límites.
Colectivos vecinales, asociaciones de estudiantes, partidos políticos, y representantes de las familias o comunidades escolares iniciaron una labor de denuncia, que incluyó recogidas de firmas, manifestaciones o asambleas informativas.
Como una “gran noticia” para Cazoña y en general para todos los barrios de Cantabria la valoraba la asociación de vecinos Amigos de Cazoña, mientras que desde Cantabria No Se Vende reivindicaban que “como siempre, sólo el pueblo consciente, organizado y movilizado consigue que se imponga el interés general sobre el ansia de lucro más inmoral”, enlazado esta lucha como otras victorias de los movimientos sociales como el fracking.
Desde la FECAV mostraban su alegría por esta “victoria” de los vecinos de Santander, si bien recordaba que hay una parte de la responsabilidad que depende del Ayuntamiento de Santander, al que pedían que no dé ninguna licencia de apertura a ninguna casa de apuesta, que, aseveraba, son “peor que las drogas” y “arruinan a las familias”.