DEBA y Concejo Abierto critican la tala de árboles encima del Pasaje de Peña
DEBA (la Pataforma en Defensa de la Bahía de Santander) y el Concejo Abierto han advertido sobre la tala de árboles en el parque Juan José Ruano, encima del Pasaje de Peña, con motivo de las obras para instalar un ascensor entre la calle Jesús del Monasterio y la calle Alta, y que se hace en un área con restos arqueológicos.
«Esta actuación supone la continuidad en de la habitual política de movilidad enfrentada al mantenimiento del arbolado en la ciudad, independientemente de su porte», advierten.
Tal y como recuerdan, Santander «es una ciudad caracterizada por su alta densidad constructiva, la expansión excesiva en los espacios libres de suelos artificiales a base de pavimentos duros, la carencia de masas arbóreas o arbolado de gran porte, y la ausencia de espacios de aspecto natural en el centro y en la ciudad consolidada».
Algo que, inciden, «causa una merma considerable en la calidad de vida de los vecinos, y constituye un desfasado y llamativo retroceso respecto a lo que otras ciudades de nuestro entorno vienen realizando desde hace tiempo, para naturalizar sus espacios urbanos y responder adecuadamente al cambio climático».
«Lamentablemente seguimos padeciendo la reiterada política del ayuntamiento de Santander de falta de aprecio y maltrato a los árboles, ignorando la alta función que cumplen y los beneficios que aportan a la ciudad, devaluándolos de su categoría de seres vivos a meros objeto de mobiliario urbano como los bancos o las farolas», critican, refiriéndose a la «tradición arboricida incesante» de la política municipal.
«De nada sirve que Cesar Díaz prometa la plantación de 11 nuevos árboles autóctonos en el lugar donde se eliminaros los otros, ni de que anuncie la plantación de 20 más en diferentes puntos de la ciudad: porque si esos árboles o muchos más fueran plantados, en cuanto apareciese otra-ocurrencia o proyecto improvisado del político de turno, esos árboles sería talados o “trasplantados” sin miramientos», destacan.
Frente a esto, abogan por un urbanismo «serio, ambiental, moderno y responsable» que se base en la planificación a largo plazo de los espacios públicos urbanos y que garantice espacio suficiente para mantener el arbolado independientemente de los proyectos que se acometan en el tiempo.
«Los árboles no son ni pueden considerarse objetos de quita y pon, ni la ciudad se puede seguir improvisando a base de obras y proyectos que avasallan sin miramiento los árboles», concluyen.