Medicusmundi: «Tenemos que decidir si buscamos culpables o buscamos mejoras»
El presidente de medicusmundi Internacional, Carlos Mediano, ha advertido una «polarización» internacional que puede afectar a la gobernanza de la salud global y ha instado a elegir, en aras de una evaluación independiente de la gestión, «si buscamos culpables o buscamos mejoras».
En un momento crucial de la Gobernanza de Salud Global en el que el mundo entero se une para luchar contra la COVID-19, ‘medicusmundi Internacional’ , miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDs, ha presentado una declaración como organización con relaciones oficiales con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la 73ª Asamblea, sobre los elementos que no se pueden olvidar en una pandemia de esta magnitud.
Ha sido una asamblea corta, online y específica para la COVID-19, celebrada entre el 18 y 19 de mayo. Una Asamblea donde las voces de la sociedad civil que está en relaciones oficiales con la OMS, como es el caso de Medicusmundi, se han visto también «restringidas a unas declaraciones por escrito de no más de 300 palabras, declaraciones que no podían tener un componente político, sino que debían ceñirse exclusivamente a lo técnico, y que no podían ir en contra de ningún país», explica el representante de la ONG.
«Y es que, más que nunca, la geopolítica ha entrado en la OMS». Para Mediano, «la polarización entre China y Estados Unidos a cuenta de la gestión de la pandemia se ha visto reflejada en esta Asamblea en todo momento, y puede afectar claramente la gobernanza en salud global».
La OMS, como institución multilateral que lidera la salud mundial, ha recibido multitud de apoyos, sobre todo desde países frágiles que han reconocido su labor en la contención de la pandemia. Pero también ha recibido críticas y se han puesto encima de la mesa dudas sobre cómo ha gestionado la crisis del coronavirus.
«Entre China (todo se ha hecho bien) y Estados Unidos (ha habido muchos errores críticos), la Unión Europea (UE) ha tomado una postura intermedia», considera Mediano.
De hecho, apunta que ha sido la impulsora de una declaración de respuesta a la pandemia, aprobada en esta Asamblea, donde pretende potenciar el papel de la OMS como la institución líder más relevante en la salud mundial, pero también ha pedido lo antes posible una evaluación independiente de la gestión.
«Esta evaluación es muy necesaria, pero parece difícil de realizar por esta polarización de posturas, donde ambos bandos parece que ya tienen la respuesta. Para hacer la evaluación, sería necesario ponerse de acuerdo en varias cuestiones antes de comenzar», advierte.
La primera es «decidir si queremos hacer una evaluación política o una evaluación de políticas: en la primera, el objetivo es buscar culpables; en la segunda, buscamos mejoras».
Quién haría esa evaluación y cuándo se quiere esa evaluación, son otras preguntas que considera «no son fáciles de resolver». Y, sobre todo, faltaría definir qué preguntas debería contestar la evaluación. «Porque supongo que todos los países que piden esa evaluación de la OMS, también pretenden hacer una evaluación similar de su gestión interna, incluyendo el por qué las cuotas obligatorias de todos los países a la OMS llevan congeladas tantos años, debilitando su independencia».
LA PRECARIEDAD DEL PERSONAL SANITARIO
El presidente de Medicusmundi se ha mostrado sorprendido al ver en esta Asamblea como «todos los países en sus declaraciones aplaudían al personal sanitario, cuando en todo el planeta están trabajando en condiciones precarias, sin medios (y no solo para el COVID19), debido muchas veces a medidas de ajuste estructural de índole económica».
“Hay una escasez de personal en todo el mundo que en 2030 puede alcanzar los 18 millones de profesionales sanitarios, y hubiera sido más interesante pasar del aplauso al compromiso», añade.
Le sorprende también la poca relevancia que se ha dado a dos puntos que cree importantes. Uno de ellos ha sido «la gestión de la información», de «cómo cada país cuenta de forma distinta los enfermos o los muertos» y la «infodemia» que ha derivado en multitud de fake news «a veces con intereses políticos» y que «no se ha mencionado en la Asamblea».
A este punto añade la Atención Primaria de Salud como elemento central de respuesta a la pandemia, que también ha sufrido «el ninguneo en las declaraciones».
«Tampoco se ha mencionado la importancia de incluir la participación de la población en las tomas de decisiones. Las poblaciones más vulnerables han sido y están siendo las más afectadas por las medidas de contención de la pandemia, y no se han articulado mecanismos para que estas poblaciones puedan activamente presentar propuestas de mejora de esas medidas, lo que iría en beneficio de toda la población», lamenta Mediano.
Por último, y a nivel global, la declaración aprobada pretende que los medios diagnósticos, preventivos o terapéuticos sean considerados un bien global, y que sean accesibles para todas las personas, y que toda acción de respuesta al COVID 19 refuerce los sistemas de salud y protección social, sin olvidar el resto de las enfermedades, algo que está en el ADN de Medicus Mundi y que vienen solicitando desde hace muchos años.
«Pero la política se choca con la realidad», indica el representante de la ONG. «Los esfuerzos por conseguir y producir una vacuna» frente al SARS-COV-2 pueden hacer que «se abandonen el resto de las inmunizaciones», ya que solo cuatro empresas producen el 90% de las vacunas mundiales, y los países empobrecidos tienen poca capacidad de fabricación y producción, algo que «desde medicusmundi ya advertimos desde la anterior pandemia del H1N1», recuerda.
Lo que ha demostrado esta pandemia es que «si bien la salud no está por encima de todo, sí afecta a todo», por lo que la reclamación de una seguridad sanitaria global «no va a solventar todos los problemas de salud, y menos si nos fijamos en enfermedades individuales solamente».
«Trabajar los determinantes sociales y comerciales de la salud, incluyendo los problemas medio ambientales y socio económicos más allá de la atención sanitaria, es clave para la mejora de la salud mundial», explica Mediano.
Además, considera que «la salud local, con una participación activa de la población, y la salud global deben ir de la mano, como vasos comunicantes, para que las grandes políticas se basen en las experiencias locales y realmente tengan en su punto de mira “no dejar a nadie atrás», y para que las políticas locales tengan «una visión más amplia de las consecuencias de su desarrollo».
Para ello, «necesitamos de instituciones multilaterales como la OMS más fuertes, que lideren de forma efectiva y transparente la salud mundial, y donde la sociedad civil debe tener un papel relevante para asegurar que esas políticas se hacen con las personas, y no para las personas”, concluye.