Cooperación destinará 52.000 euros a ayuda alimentaria a Tinduf
Cantabria se ha unido hoy a la declaración conjunta de las 17 comunidades autónomas y los 9 fondos de cooperación que, bajo el título ‘De la crisis se sale cooperando’, acuerdan “propuestas imprescindibles para promover el desarrollo sostenible en un mundo complejo, cambiante e interdependiente”.
Además, desde el departamento de Universidades, Cultura, Igualdad y Deporte que dirige Pablo Zuloaga, del que dependen las competencias en materia de cooperación al desarrollo (cuya directora general es Silvia Abascal), y dentro de este acuerdo, se destinarán 52.000 euros, inicialmente previstos para el programa Vacaciones en Paz de apoyo a niños saharauis –impulsado por asociaciones como Cantabria por el Sáhara, miembro dela Coordinadora Cántabra de ONGDs; y Alouda–, que este año no se puede realizar por la crisis, a ayuda alimentaria en Tinduf, a través de la Media Luna Roja.
Cantabria y el resto de autonomías y entes locales defienden, en este acuerdo, avanzar hacia la sostenibilidad, reforzar lo público, reducir las brechas -también la digital- y apostar por lo local, además de fortalecer la sociedad civil organizada y su participación en el diseño, gestión y evaluación de las políticas públicas.
Todos estos aspectos son claves en la política de cooperación al desarrollo que está llevando a cabo desde la Vicepresidencia del Gobierno de Cantabria, en línea con la Agenda 2030, que “marca la ruta para resolver los grandes desafíos de la humanidad”, según ha señalado Pablo Zuloaga.
“Más allá de ideologías, tiene que haber grandes pactos sobre cómo queremos que el mundo funcione”, ha afirmado el vicepresidente.
La declaración, que ha sido un acuerdo entre el Encuentro Autonómico anual celebrado en Euskadi y el próximo en Extremadura, persigue un objetivo común, “independientemente del color político”, de situar en el centro el bienestar y la vida digna de todas las personas y futuras generaciones.
“Las comunidades autónomas y entes locales apostamos por consolidar alianzas y consensos políticos y sociales que permitan a la cooperación continuar invirtiendo y contribuyendo a garantizar un presente y un futuro sin dejar nadie atrás”, explican en esta declaración conjunta que se ha hecho pública hoy. “Porque de la crisis se sale cooperando”, concluyen, apuntando hacia una apuesta decidida por el consenso dentro de la política de cooperación para el desarrollo.
En este sentido, y ante los impactos ocasionados por la COVID-19 en las distintas sociedades, “que acelerarán sin duda una transformación global tanto a nivel económico, como social y político”, desde la cooperación descentralizada se propone abordar los desafíos existentes desde una perspectiva local-global, que sea coordinada y complementaria.
“La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto la interdependencia geográfica y entre los diversos ámbitos del desarrollo, como la salud, economía, protección social, medio ambiente… La visión comprehensiva de la Agenda 2030 nos ofrece una oportunidad para afrontar una crisis como la actual”, sostiene el acuerdo.
Por otro lado, las cooperaciones descentralizadas señalan la necesidad de equilibrar lo urgente y lo importante y aseguran en la declaración que “la gravedad de la situación nos obliga priorizar también aspectos a medio y largo plazo, como la revalorización de los bienes públicos globales, las consecuencias del cambio climático, o las causas de las grandes migraciones”.
Entre los acuerdos reflejados en esta declaración conjunta, que responden a retos que se han puesto de relieve con la pandemia, figuran los de avanzar hacia la sostenibilidad, reforzar lo público, reducir las brechas -también la digital- y la apuesta por lo local. Además, “la respuesta a la pandemia ha puesto de relevancia el aporte fundamental de las mujeres”, señalan, por lo que se propone también reforzar las políticas de género.
Por último, apuestan también por el fortalecimiento de la sociedad civil organizada y su participación en el diseño, gestión y evaluación de las políticas públicas, “ya que desde su cercanía a las poblaciones más vulnerables pueden garantizar la defensa de sus derechos y que nadie se quede atrás”, aseguran desde la cooperación descentralizada.
“La solidaridad internacional es una responsabilidad compartida e imprescindible para garantizar el futuro del planeta”, concluye el escrito conjunto.