La Policía Municipal ha ordenado este jueves el desalojo urgente de 21 vecinos del número 13 de la céntrica calle de Isabel II, frente a la plaza del Ayuntamiento de Santander, tras detectarse en unas obras de apuntalamiento de los pilares del inmueble unas grietas que han alertado a los operarios.

Los vecinos han sido desalojados con urgencia, han tenido que salir «con lo puesto» según han relatado a EL FARADIO. Cuatro de ellos han aceptado el ofrecimiento de pasar la noche en el Hotel Silken, según ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.

Varias dotaciones de la policía municipal y de los bomberos han acudido al lugar y han ordenado el desalojo inmediaro, por motivos de seguridad, de todos los vecinos del edificio. Han tenido que salir «con lo puesto», según han relatado.

También ha cortado el tráfico en toda la manzana, que abarca también las calles Calvo Sotelo y Lealtad.

La alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha convocado a los afectados, que se encuentran en buen estado, a una reunión mañana, a las 12 del mediodía.

Como ha explicado, el edificio tiene ocho plantas y locales comerciales a la calle y en el entesuelo, además de oficinas. Sólo 12 viviendas tienen uso residencial.

DEBILIDADES ESTRUCTURALES Y SITUACIÓN «MUY COMPLICADA»

La regidora ha precisado que el edificio estaba siendo rehabilitado por los propietarios y que ha sido el técnico responsable de la obra el que ha avisado al arquitecto municipal para que se procediera con carácter urgente al desalojo del edificio, para lo cual se ha llevado a cabo la intervención tanto de la Policía Local como de los Bomberos municipales.

Igual ha señalado también que ya ha comenzado el apuntalamiento de la zona afectada y que durante toda la noche seguirán trabajando los servicios de Policía, Bomberos y el arquitecto municipal para conseguir cuanto antes asegurar la estabilidad del edificio. Ha añadido asimismo que ya ha citado mañana a los vecinos al objeto de informarles en qué estado se encuentra del inmueble y cuáles son los siguientes pasos a seguir.

En declaraciones enviadas a los medios de comunicación ha señalado la responsabilidad de los vecinos de Santander de mantener en buen estado sus propiedades, como estaban haciendo los propietarios del 13 de Isabel II, que habían contratado obras de refuerzo de los pilares.

Por su parte, el concejal de Obras, César Díaz, ha calificado la situación como «muy complicada» y ha señalado como prioridad garantizar la seguridad y «evitar que se produzca un colapso del edificio».

Como ha detallado, al detectarse un problema estructural durante la reforma del local comercial ubicado en los bajos del edificio, esquina con la calle San Francisco, el Ayuntamiento requirió a la comunidad de propietarios para que elaborase un estudio estructural del conjunto del inmueble. Una vez presentado el correspondiente proyecto de refuerzo estructural se comenzaron a ejecutar las «obras de consolidación».

En la tarde de este jueves el técnico responsable de los trabajos ha detectado que un pilar se encontraba «en mal estado». Ante esta situación, se ha puesto en contacto con el arquitecto municipal para requerir el desalojo del edificio y preservar en todo momento la seguridad de las personas.

Díaz ha informado que la máxima prioridad, una vez desalojado el inmueble, es tratar de estabilizar la zona afectada por el pilar dañado y que no se produzca ningún tipo de colapso estructural.

HASTA 200 PILARES A REFORZAR

El edificio es conocido por albergar en un local comercial de la calle Calvo Sotelo (la avenida principal) la Joyería Salamanca, y da también a la calle San Francisco (peatonal).

Según han explicado los vecinos a EL FARADIO, en esa esquina se desarrolló hace dos años una reforma de otro local comercial (de telefonía móvil) en la que afloraron debilidades estructurales en los pilares del inmueble, por lo que el Ayuntamiento instó a la comunidad a acometer tareas de refuerzo.

Un primer estudio determinó la necesidad de apuntalamiento de hasta 200 pilares, unas obras que habían empezado pero se paralizaron con el estado de alarma por la crisis del coronavirus.

Al retomarse los trabajos este jueves unas grietas que avanzaban en un tabique en el entresuelo han alertado a los operarios y el ingeniero encargado ha alertado a las autoridades.

DE LA RECONSTRUCCIÓN DEL INCENDIO DEL 41

El edificio forma parte del nuevo entramado urbano que se levantó tras el devastador incendio de 1941, que arrasó con el centro histórico de Santander.

Como publicamos en Expulsados, la investigación sobre el urbanismo en la ciudad desde entonces hasta nuestros días, la reconstrucción se hizo a imagen y semejanza del régimen dictatorial recién instaurado, a través del programa de Regiones Devastadas de la Dirección General de Arquitectura, desde el Ministerio de Gobernación.

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La propaganda de la época quiso simbolizar en Santander la recuperación de un país que se reponía de la guerra, cual Ave Fénix que resucitaba de sus propias cenizas – las del incendio.

Con los mismos aires de grandeza, la documentación de la época investigada por la catedrática de la Universidad de Cantabria, Ángela de Meer, refería la intención de crear un Barrio Salamanca en la capital de Cantabria – el mismo nombre de la joyería que hace esquina con Calvo Sotelo en el edificio hoy desalojado.

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CON MATERIALES DE BAJA CALIDAD

Un vecino del edificio desalojado este jueves ha señalado en conversación con EL FARADIO que en la época se emplearon materiales pobres, de baja calidad, como ya se apuntó en su día como causa del desplome del Hotel Bahía en el que perdieron la vida seis obreros que trabajaban en una reforma integral.

Según este testimonio, en una reforma de un bajo comercial hace dos años detectaron «problemas de carbonatación» en unos pilares, por lo que «las armaduras se corroen y rompen el hormigón de revestimiento y si las armaduras se corroen llega un momento que pierden su función».

El Ayuntamiento obligó a hacer un informe y el resultado fue que había que revisar unos 200 pilares. Se iniciaron los trabajos por el portal, que eran los que presentaban un mayor riesgo, y continuaron por la Joyería Salamanca, que tenían planes de alquilar el local.

Con la crisis sanitaria del coronavirus y el estado de alarma «se paralizó todo» y justo hoy se habían reiniciado los trabajos de refuerzo. Según ha trasladado el ingeniero a los vecinos, por la mañana apreciaron una grieta en un tabique que testa con un pilar, en el Entresuelo, que habían empezado a reforzar, y al observar que iba a más, ya por la tarde, «tomaron la decisión de llamar a los bomberos, desalojar y apuntalar».

Otras versiones han apuntado, en un primer momento, tras el desalojo, a una actuación en un muro que no era de carga pero que hacía esa función debido al mal estado de los pilares.

También se han apuntado obras en la propia Joyería Salamanca o en una de las viviendas, aunque las grietas han aflorado en el Entresuelo, en tareas de apuntalamiento de uno de los pilares.