Alarma contra el Racismo
Las protestas contra el racismo de las que estamos teniendo noticias en EEUU, son la consecuencia lógica de una sociedad que permite que a una parte integrante de ella se la obligue a vivir aceptando tratos injustos y degradantes.
Es inadmisible que se despoje “de facto” a algunas personas de la población de sus DDHH, que por otra parte están reconocidos en la constitución de su nación y en la Declaración Universal de los DDHH firmada por el mismo.
Es increíble que después de siglos de convivencia no se haya conseguido la igualdad como personas y se siga mirando al otro según el color de la piel. Asistimos con asombro e indignación a las enormes diferencias que se ponen de manifiesto a la hora de hacer realidad los derechos y libertades por los que se ha luchado tanto.
Debemos de reflexionar profundamente sobre el modelo de sociedad que estamos importando y que invade nuestra cultura.
Partidos políticos, líderes y movimientos que ven en la violencia una forma de destrucción del sistema democrático están valiéndose de esta situación para reforzar sus mensajes de odio, situación a la que nuestro propio país no es ajeno.
El racismo es una lacra está presente en todas las sociedades y que, entre otras cosas, empobrece a la humanidad, que no valora a la persona única e imprescindible para participar de un mundo mejor.
Solamente cuando seamos capaces de superar esa mirada superficial y lleguemos a identificar al ser humano que tenemos delante como otro yo, la sociedad global y local podrá avanzar hacia la felicidad que todas las personas deseamos.
Como personas comprometidas con la solidaridad, desde las ONGD de Cantabria exigimos que la Constitución y la Democracia sea para todas las personas, y no se denigre con otras leyes y usos que vayan en contra de la dignidad y el respeto por toda persona. Que cesen de inmediato las actitudes y actos contra personas por causa de su color de piel y que los dirigentes de los países, y en este caso de EEUU, tomen conciencia de su responsabilidad ante la muerte de seres humanos a quienes debieran de proteger en su función como servidores de la sociedad