El Museo de Altamira reabre este martes
El Museo de Altamira, en Santillana del Mar, reabre este martes sus puertas tras el parón provocado por la crisis del coronavirus y la cuarentena que supuso el cierre de todo tipo de actividades,
La delegada del Gobierno en Cantabria, Ainoa Quiñones, asistirá este martes, 9 de junio, a la reapertura del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira, que depende del Ministerio de Cultura, por lo que su reapertura dependía del Estado en lugar de del Gobierno autonómico y su Consejería de Cultura.
Junto a la directora del Museo, Pilar Fatás, la delegada del Gobierno realizará una visita a la exposición y recorrerá las instalaciones del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira, uno de los focos de atracción turística para el municipio de Santillana del Mar y Cantabria en general.
La Cueva de Altamira es el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico superior.
Altamira fue también un descubrimiento singular por la calidad, la magnífica conservación y la frescura de sus pigmentos. Su reconocimiento se postergó un cuarto de siglo, en una época en la que resultaba de difícil comprensión para una sociedad, la del siglo XIX, inmersa en rígidos postulados científicos.
La cavidad fue descubierta por un lugareño, Modesto Cubillas, hacia el año 1868. Acompañado por Cubillas, Marcelino Sanz de Sautuola visitó por primera vez la cueva en 1875 y reconoció algunas líneas que entonces no consideró obra humana.
En la Exposición Universal de París conoció de primera mano algunos objetos prehistóricos encontrados en cuevas del sur de Francia.
Sautuola, que ya tenía una amplia formación en Ciencias Naturales y en Historia, regresó a España con una perspectiva renovada y decidido a emprender sus propios trabajos en las cuevas de Cantabria. Acompañado por su hija María volvió a Altamira en 1879. Será la niña la primera en ver las figuras en el techo de la cueva.
En 1880 Sautuola publicó el hallazgo en el folleto Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la Provincia de Santander, atribuyendo las pinturas a la prehistoria, al periodo paleolítico. A pesar de su lúcido análisis, sus contemporáneos, desde diferentes perspectivas intelectuales, evolucionistas, creacionistas o los incrédulos prehistoriadores del momento, acogieron con escepticismo su planteamiento.
Su valor no fue reconocido hasta el descubrimiento de arte rupestre paleolítico en otras cuevas de Europa, principalmente en Francia (Le Mouthe, Combarelles y Font de Gaume). En 1902, el prehistoriador francés Émile de Cartailhac publicó Les cavernes ornées de dessins. La grotte d’Altamira, Espagne. Mea Culpa d’un sceptique. A partir de este momento, la cueva de Altamira adquirió reconocimiento universal, convirtiéndose en un icono del arte rupestre paleolítico.
La historia del museo tiene su origen en la creación de una Junta de Administración en 1924. Este fue el primer órgano colegiado de gestión.
El primer edificio al servicio de la cueva de Altamira fue una casa montañesa construida para exponer y conservar los objetos hallados en las excavaciones y para servir de vivienda a su primer guarda.
El creciente número de visitantes desde mediados del siglo XX hizo necesaria la construcción de una nueva sede y en los años setenta se construyeron tres pabellones para la recepción de visitantes y servicio como cafetería. Fue en 1979 cuando se creó el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira por parte del Ministerio de Cultura. El fin fue constituir un instrumento científico y administrativo para la mejor gestión y conservación de la cueva de Altamira.
La sede actual del museo se inauguró en 2001, en un edificio proyectado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg.
La protección de la cueva de Altamira fue el principal condicionante para su ubicación, concepción y construcción, por lo que se ideó una réplica para que las visitas masivas no hicieran desaparecer las valiosas pinturas.
El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira es un museo de titularidad estatal, integrado en la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte.