El Plan Director de la Magdalena, redactado por expertos en el año 2016, ofrecía diversas recomendaciones a realizar dentro de todo el entorno de la península, como la reducción «al máximo» del tráfico rodado y la estancia de vehículos en el interior del recinto, uno de los principales problemas para la biodiversidad de este espacio.

Pero buena parte de las advertencias se las llevaba en esa época la zona del minozoo, que es la que «más ha sufrido la intervención urbanística».

Los expertos reconocían que es uno de los espacios más visitados del recinto, pero advertían del mal estado de unas instalaciones que fueron construidas en 1985 para albergar un buen número de especies animales, pero que tras la retirada de los osos y leones han dejado grandes espacios de «aparatosas construcciones sin ningún uso».

Instalaciones e interior del mini zoo

Al margen de los usos futuros (en 2011 el Ayuntamiento estudiaba convertir el foso de los leones en un auditorio, pero nunca más se supo de aquel proyecto), los redactores del Plan Director consideraron «urgente la retirada de los restos ya en desuso de columnas de apoyo de las rejas y protecciones metálicas de los acantilados que afean tremendamente el entorno».

Pero previamente a la redacción de este Plan Director, el minizoo de La Magdalena funcionó hasta 2016 sin cumplir la legislación que le obligaba a darse de alta, tal y como refleja la Ley 31/2003, de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos.

Así lo ha revelado la Fundación Franz Weber, que ha hecho público este miércoles el informe elaborado a base de visitas al parque, estudios de informes municipales y otros indicadores.

El informe, consultado por EL FARADIO, y expuesto por el veterinario David Perpiñán incide en que fue un fenómeno no detectado por las inspecciones del Gobierno de Cantabria a estas instalaciones que dependen del Ayuntamiento de Santander.

Y también apunta al alto coste de las instalaciones y a la falta de formación del personal, sin conocimientos especializados de veterinaria que se les requieran, junto a otros aspectos como el incumplimiento de las normas o de su función educativa, lo que les hace pedir su cierre.

Asimismo, se refería a que las especies elegidas son difíciles de mantener y requieren mucho esfuerzo para que tanto la parte acuática como la terrestre están en las mejores condiciones, sin que esto se produzca.

UN ZOO QUE «NO FAVORECE EL BIENESTAR DE LOS ANIMALES»

Después de cuatro años desde la redacción del Plan Director de la Magdalena, las instalaciones del mini zoo continúan con el mismo “mal estado” que los expertos advertían, pero la situación de las focas y leones marinos continúa agravándose por la suciedad en sus piscinas y la proliferación de algas en aguas estancadas.

El diseño del minizoo tampoco ha ayudado a la habitabilidad de focas y pingüinos, siendo un espacio concebido, recordemos, para los leones, cuyos fosos se rellenaron, junto a otros espacios que acabaron siendo ocupados por animales marinos.

foca cubierta de algas

Es algo que va contra la esencia de los zoos, que deben tratar de reproducir las condiciones de los animales. En lugar de eso, se encuentran sin espacios de sombra, sin vida en grupo y con agua estancada.

El resultado son enfermedades, tanto respiratorias como oculares, y cambios en su comportamiento, desde la apatía que lleva a las focas a dormir en el agua –algo impropio de ellas-, hasta la agresividad por la escasez de espacios o incluso las consecuencias de pasar la vida en pareja –cuando son especies grupales– , que llevan a sufrir por quedarse solos cuando el otro fallece.

Son algunos de los aspectos que enumera el informe de la Fundación Franz Weber realizado este mes de julio, especializada en protección animal, que deja al zoo en la misma tierra de nadie que focas o pingüinos: no cumple la Ley ni las funciones educativas, no favorece el bienestar de los animales, y las alternativas no pueden pasar por los centros de recuperación –¿qué especies hay que recuperar?, se preguntan–, que además no pueden recibir visitantes, sino por el cierre, pedido por PSOE, Unidas por Santander y PRC, y al que se resisten PP y, en menor intensidad, Ciudadanos.

El informe se ha elaborado en base a una visita del veterinario de la Fundación, pero también de informes oficiales emitidos por el Ayuntamiento de Santander, la información que se ha difundido en los plenos municipales en que se ha abordado el asunto o las fotografías e informes de personas y asociaciones que han visitado el espacio.