Extinction Rebellion Cantabria denuncia la pasividad del gobierno de Bolsonaro frente al efecto «devastador» del coronavirus en los pueblos indígenas
El nodo cántabro del movimiento contra la crisis climática Extinction Rebellion (XR) ha participado este domingo en la campaña internacional «Maracá – Emergencia Indígena» para denunciar la inacción del gobierno brasileño ante la muerte de indígenas por la COVID-19. También buscan recoger fondos para que las propias comunidades se protejan de la pandemia sin depender del ejecutivo bolsonarista.
Diversos colectivos, profesores e investigadores por todo el mundo se han sumado a esta llamada a la acción de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) por el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
XR Cantabria ha realizado una acción de apoyo a la movilización global mediante una pegada de carteles por Santander. Estos, principalmente situados en paradas de autobús entre el Ayuntamiento y la Península de la Magdalena, informan sobre la muerte por COVID de activistas indígenas y aspira a recaudar fondos para su lucha.
«La negación de socorro por parte del gobierno brasileño ha causado el fallecimiento de líderes del activismo de los pueblos amazónicos», aseguran desde el movimiento ecologista. En los carteles pegados por la capital cántabra se puede leer lo siguiente: «Tanto Bolsonaro como varias empresas están aprovechando la situación [del coronavirus] para explotar la Amazonía. El actual ejecutivo ha reducido las multas por violar legislación medioambiental y anima a destruir los territorios en nombre del beneficio económico».
En otras partes de España, Extinction Rebellion ha invitado a sus integrantes a pintarse las manos, una roja y otra verde, y subirlo a redes sociales con los hashtags #EmergenciaIndígena y #VidasIndígenasImportam. De esta forma simbolizan y dan visibilidad al genocidio y ecocidio en las tierras de estos pueblos.
El epicentro de la acción internacional ha sido en Brasil, donde una tocada de tambores tras un minuto de silencio rememora la gran pérdida de vidas indígenas por el virus. Esto, recuerdan, es también negativo para la biodiversidad; muchas especies dependen de la protección de los nativos de la zona para sobrevivir.
La desinformación, los recortes y la escasez de personal médico en territorios del Amazonas ha aumentado la vulnerabilidad de esta población. La tasa de mortalidad en las comunidades indígenas es el doble que en el resto del país. Por esto, APIB y sus organizaciones de base han preparado un plan de acción de emergencia para actuar frente a la pandemia.
Se trata de un plan rector para las acciones de organizaciones indígenas vinculadas a APIB e instituciones asociadas no indígenas. El plan se trabajará de manera cooperativa en todo el territorio brasileño para fortalecer y mejorar las acciones de la red con los fondos recaudados con la campaña.
Las propuestas del plan son el resultado de dos procesos participativos amplios, que contaron con innumerables líderes indígenas de todo el país sudamericano, además de especialistas en salud de varias organizaciones de la sociedad civil: el campamento Terra Livre y la Asamblea Nacional de Resistencia Indígena. Ambos procesos se llevaron a cabo virtualmente.
Extinction Rebellion Cantabria denuncia que la pasividad del gobierno de Bolsonaro está relacionada con su voluntad de reducir los derechos de las comunidades indígenas y suavizar la supervisión de las leyes ambientales en la Amazonía en aras de un mayor rendimiento económico a corto plazo.
En 2019, el gobierno de Bolsonaro recortó fondos de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), la agencia federal responsable de defender los derechos de los indígenas. Además, ha reducido considerablemente las multas por violar las leyes ambientales en la Amazonía y anima a las empresas a destruir estos territorios por intereses económicos.
La selva amazónica es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta y con mayor capacidad de absorción de CO₂. Sin embargo, desde 1970, Brasil ha perdido una superficie forestal de un tamaño mayor que el de Francia. Una de las principales causas de esta deforestación es el cultivo de soja, usada principalmente para consumo animal.