Ara Malikian emociona en Laredo en una exhibición de virtuosismo
Laredo acudió el pasado sábado por la noche al concierto del violinista Ara Malikian, un conmovedor espectáculo que mantuvo la atención de los presentes, inmóviles y sin pestañear en sus asientos, durante la mayor parte de la actuación. El acto tuvo lugar en el Estadio del C.D. Laredo entre 600 asientos separados entre sí a dos metros de distancia.
El músico comenzaba su actuación en la oscuridad, acompañado sólo por su violín y portando su mascarilla. Con su sobrecogedora melodía se abrió paso entre un público que permanecía sigiloso y concentrado hasta llegar al escenario provocando un entusiasta aplauso, al concluir su primer tema, que resonó en el estadio del Charles. Acompañado por el pianista Iván “Melón” Lewis, las melodías del violinista trasladaron a los presentes por unos instantes lejos de la constante actualidad de la pandemia. Una actuación de “calidad” en un guiño simbólico a la Batalla de Flores de la villa, que ha tenido que suspenderse debido al COVID-19. Con todas las medidas de seguridad necesarias, el espíritu alegre y festivo del municipio poco a poco se va abriendo camino.
El evento, promovido por la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, en colaboración con el Ayuntamiento de Laredo, completó su aforo.. La alcaldesa de la villa, Charo Losa; el vicepresidente cántabro y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga; la diputada del Parlamento de Cantabria, Noelia Cobo y el director general de la Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte, Jorge Gutiérrez; asistieron al concierto junto a una amplia representación del equipo de gobierno local, así como un gran número de vecinos del municipio.
Ara Malikian hizo trascender anoche la tradicional interpretación de piezas de violín logrando convertir lo que podría haberse entendido como una representación de música clásica en una exhibición “vistosa, colorista, conmovedora y especialmente divertida”, aseguran. El artista alternó su variopinto repertorio musical, significativo de sus vivencias personales, con anécdotas cómicas de sus experiencias como violinista consiguiendo emocionar al público y entretenerlo a partes iguales. Todo ello a ritmo de sus movimientos coreográficos violín en mano y acompañado del pianista “Melón” Lewis que completaba la actuación formando un dúo con gran complicidad en escena.
El violinista comenzaba el viaje instrumental en Beirut, concretamente con una pieza que le inspiró el barrio donde nació. Prosiguió su periplo melódico por la tradición musical judía, evocada de su juventud en Alemania, con el tema “Pisando flores”. Su interpretación de “Life on Mars” de David Bowie puso el punto contemporáneo al concierto. Por otra parte, Malikian quiso interpretar una pieza para homenajear al violinista Niccolò Paganini, cuya trayectoria puso en valor reflejando su manera de “revolucionar incluso la forma física del violín”. Un vals de Piotr Ilich Tchaikovski dio un toque clásico a la actuación. El punto álgido del evento llegó al final de la mano de la “Nana Arrugada” que Ara Malikian interpretó “en un abrazo” a las víctimas del COVID-19. Esta última pieza puso al público laredano en pie reconociendo el talento del artista con un prolongado aplauso.
DESDE MUY TEMPRANA EDAD
Malikian. libanés de nacimiento y con nacionalidad española, se inició en el violín a muy corta edad de la mano de su padre. Enseguida le reconocieron su talento a pesar de las circunstancias que tuvo que vivir en su país de nacimiento como la guerra civil libanesa la que le obligó a estudiar durante largos periodos en refugios antiaéreos .A los 14 años consiguió una beca del Gobierno alemán para estudiar y posteriormente fue ampliando sus conocimientos musicales de la mano de algunos de los más prestigiosos profesores del mundo como Franco Gulli, Ruggiero Ricci o miembros del Alban Berg Quartet.
A lo largo de su carrera ha ganado numerosos concursos de prestigio mundial, entre los que destacan: Felix Mendelssohn (Berlín 1987) y Pablo Sarasate (Pamplona, 1995). Además de los premios recibidos en concursos como Niccolo Paganini (Géova), Zino. Francescatti (Marsella), Rodolfo Lipizer (Gorizia), Juventudes Musicales (Belgrado), Rameau (Le Mans), International Artist Guild (Nueva York), y en la International Music Competition of Japan. En 1993 recibió el Premio a la dedicación y el cumplimiento artístico del Ministerio de Cultura de Alemania.