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Aumentan a 830 los casos pero «se ralentiza el crecimiento»
Los casos confirmados de COVID-19 siguen su aumento en Cantabria, aunque el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, afirma que la curva se está aplanando. Los datos cerrados ayer contabilizan 51 casos nuevos, que sumados a los 31 positivos en lo que llevamos de día, elevan a 830 el número total de activos. De estos, 28 están hospitalizados en planta, uno en UCI y los 801 restantes hacen cuarentena en su domicilio.
Rodríguez ha señalado que, aunque los casos siguen creciendo, «se observa una ralentización que esperemos que se consolide esta semana».
El titular de Sanidad ha destacado otras «buenas noticias», como la reducción de casos en residencias a tres activos en dos centros diferentes o que el brote en el servicio psiquiátrico del hospital de Valdecilla, que ha afectado a tres personas, ya «está controlado».
Con los datos de hoy, los acumulados positivos en nuestra autonomía se sitúan en 4.420, con 3.374 curados, 216 fallecidos y los ya mencionados 830 activos. En total, se han realizado 137.797 test, lo que supone 23.705 por cada 100.000 habitantes.
Aunque en nuestra autonomía parece estar aplanando la curva de rebrotes, la situación en el país en su conjunto empeora, con cada vez más casos notificados diariamente. Esto supone un riesgo, pues, como señaló Fernando Simón (Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias) sí hay datos de transmisión intercomunitaria.
«Posible desacato» en Ambuibérica
La Unión Sindical Obrera (USO) acusa a la empresa Ambuibérica, concesionaria del transporte sanitario en Cantabria, de incurrir en un «posible desacato» y de poner en riesgo a su personal ante la COVID-19.
Según este sindicato, las medidas cautelares interpuestas por el Juzgado de lo Social número 3 de Santander obligan a la empresa a que personal especializado limpie las ambulancias afectadas por coronavirus. Actualmente, la USO asegura que esta limpieza se limita a la carrocería y la camilla, dejando el resto del material para ser desinfectado por los propios técnicos. Esto, aseguran, «parece un claro desacato a la orden judicial».
Los sindicalistas señalan en un comunicado de prensa que esta labor de vaciado, limpieza y nueva colocación del material sanitario en otro vehículo desinfectado, además de exponer a los trabajadores «de manera innecesaria y grave a la COVID», bloquea una ambulancia durante tres horas, dejando potencialmente fuera de cobertura zonas geográficas enteras.
Este no es el primer conflicto de los trabajadores con la concesionaria de transporte sanitario, pues, como contaba a EL FARADIO Beatriz Arenal, miembro de UGT en el comité de empresa de Ambuibérica, «no cumplen con el lavado de ropa o las pruebas a trabajadores», y añadía que consideraba «fácil» que los técnicos de ambulancia se conviertan en un foco de coronavirus.
La conservera Atunlo culpa a sus trabajadores del rebrote
El pasado miércoles se notificó un brote en la fábrica santoñesa de Atunlo, dedicada a la limpieza y procesado de atún y bonito, y ya afecta a 13 personas de la plantilla y mantiene en cuarentena domiciliaria a casi 50.
La empresa se ha distanciado de posibles responsabilidades en relación al brote y lo vincula a dos celebraciones privadas en las que estaban presentes trabajadores. Sin embargo, desde el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) aseguran que los contagios «se podrían haber evitado si la empresa hubiera cumplido las medidas de seguridad e higiene que exige la situación actual».
En esta línea se ha pronunciado Diego Aja, Responsable de Salud Laboral de la Federación de Industria de CCOO, quien ha asegurado que, cuando estalló la pandemia y en los primeros momentos de confinamiento, el comité de empresa interpuso una reclamación en la Inspección de Trabajo ante la falta de medidas de seguridad en relación al COVID-19. Esta, por su parte, envió varios requerimientos a la empresa por la presencia de numerosas deficiencias.
El sindicalista aclara que, en ese momento, «se corrigieron», pero al finalizar el estado de alarma «comenzó la dejadez por parte de la empresa y se olvidaron las medidas de seguridad». De este modo, concluye Aja, «se dejó de tomar la temperatura a los y las trabajadoras, no hay distancia de seguridad ni en el vestuario ni en el puesto de trabajo y tampoco se han desinfectado las instalaciones».