Las familias atendidas por FECAV tras la crisis por Covid-19 ascienden a 1.000
La actual crisis sanitaria ha multiplicado las necesidades de alimentos en familias con riesgo de exclusión social y los colectivos que nutren a las afectadas se han visto en jaque en los últimos meses.
En la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cantabria (FECAV) se ha pasado de atender a algo más de 300 familias, desde antes del inicio de la pandemia del COVID-19, a repartir alimentos a más de 1.000 familias, que suponen más de 4.000 personas, la mayoría en Santander.
Aun así, desde la FECAV siguen pidiendo la colaboración ciudadana para ayudar a sus familias, tanto en forma de donaciones alimenticias (alimentos no perecederos) o con aportaciones monetarias.
La asociación recoge diariamente las donaciones en su sede de la Calle Gutiérrez Solana 7, en horario de 16:30 a 19:30 horas.
Por otro lado, las aportaciones monetarias pueden realizarse en su cuenta bancaria, ES64 2048 2099 2334 0001 4001.
En el local que la asociación tiene en Cazoña, desde donde reparten la comida a los vecinos afectados, se aprecian las baldas vacías y los palés a medio llenar, en un recinto que hace meses estaba completo para atender a la demanda que tenían.
La asociación, como otros colectivos como el de Julio Vázquez o Cruz Roja, se nutre en gran parte de las donaciones del Banco de Alimentos de Cantabria que, a su vez, está dotado de medios y recursos por parte de las administraciones públicas.
“Ante este aumento tan drástico de las solicitudes, las aportaciones habituales no son suficientes y nuestras existencias se han agotado, con lo que resulta imposible mantener nuestra labor” subrayan desde la propia asociación.
Recogen donaciones “tanto económicas como de alimentos no perecederos”, y las consideran “imprescindibles”. En cuanto a alimentos necesitan “urgentemente” leche, galletas, cacao, pasta o legumbres, que recogen en el local de la calle Gutierrez Solana 7A.
Asimismo, desde la FECAV agradecen la solidaridad. “Hoy ayudamos, mañana nos ayudarán”, expresan finalmente.
EL BOA SE QUEDA SIN LOCAL EN SANTANDER
El Banco Obrero de Alimentos, uno de los colectivos más implicados en ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad durante la crisis por Covid-19 se ha quedado sin local a partir del mes de septiembre, y necesita encontrar uno con inmediatez para poder seguir ayudando a todas las familias que actualmente solicitan su ayuda.
El Banco ha podido ofrecer su ayuda desde centros como L’Asubiu, que también ha tenido que abandonar su local tras esta crisis. “Hemos encontrado algún local modesto, pero con las cuotas de los miembros del BOA no nos llega para poder pagarlo” explican desde el Banco.
Por ello, muestran la necesidad de que “haya gente que nos ayude mensualmente con una cantidad. Si no lo conseguimos, prácticamente 100 personas, familias con las que ya estábamos trabajando no solo en materia de alimentos, sino dándoles un apoyo moral y ayudándoles con cosas como el Ingreso Mínimo Vital, se quedarán desamparadas” aseguran.
A lo que se suma el gran número de familias a las que pretendían a empezar a ayudar, ya que han visto aumentar las solicitudes durante la crisis.
Queremos agradecer enormemente a todas las personas que de inmediato os habéis puesto en contacto con nosotrxs para aportar vuestro granito de arena. Estamos francamente cerca de conseguirlo, lo cual es un alivio.
— Banco Obrero de Alimentos BOA (@bancoobreroBOA) August 21, 2020
“Si vuelve un rebrote gordo volveríamos a ayudar a familias de toda Cantabria junto a la Red Cántabra de Apoyo Mutuo, sería importante que estemos ahí para llegar donde las instituciones y la Administración Pública no llegan” apuntan desde el Banco. Aun así, se muestran esperanzados porque “ya hay personas que se han pronunciado y nos ayudarán abonándonos una mensualidad de local y, además, nos darán una cuota mensual”.
“Si unas cuantas personas se vuelcan ayudándonos podemos conseguirlo. Si lo conseguimos nos comprometemos a no solo abrir un espacio para el BOA, sino que abriremos un centro social donde acoger a colectivos sociales” señalan como uno de sus proyectos futuros.
Además, se plantean recompensar a aquellas personas que donen una cantidad mensual mínima de 5 euros, y cuanto más dinero se done mayor será la recompensa, aunque consideran que “esto debe hacerse sin esperar a cambio nada más que el ser solidario con una organización de clase que trabaja por mejorar las cosas desde su ámbito de lucha”.