Cantabria detecta más de 200 casos de COVID-19 en sólo 33 horas

El número de fallecidos se mantiene en 220, los hospitalizados bajan a 43 y sigue habiendo cuatro ingresados en la UCI
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La curva epidemiológica sigue elevándose en Cantabria. Destaca que, de nuevo, se ha sobrepasado la barrera de 100 positivos detectados en un sólo día. En la jornada del miércoles fueron 102. Pero lo más llamativo es que en la mañana del jueves, contando sólo hasta las 9 de la mañana, ya se han detectado otros 102 más.

Lo que no hay que lamentar en esta ocasión son nuevas víctimas relacionadas con la COVID-19. Siguen siendo 220, después de las dos registradas esta semana, en ambos casos con patologías previas.

El otro dato positivo que se puede encontrar en esta última actualización de los datos de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria es que se ha reducido el número de personas hospitalizadas con esta enfermedad. Han pasado de 48 a 43. Y siguen siendo cuatro las personas ingresadas en la UCI. Eso dentro de un total de 1.259 casos activos, 86 más que ayer, de los que 1.216 se encuentran en aislamiento domiciliario.

Los casos totales detectados desde finales del pasado mes de febrero en la comunidad son 5.388, 4.502 que se descubrieron a través de pruebas PCR, y 886 que dieron un resultado positivo en el tes de detección de anticuerpos.

Las personas que han conseguido dejar atrás el virus son ya 3.909, un 73% del total de contagiados en Cantabria. Un porcentaje que lleva ya varias semanas bajando por culpa del incremento de nuevos casos.

El número de test que se han llevado a cabo son 152.587, lo que se traduce en 26.250 por cada 100.000 habitantes.

CNSV ALERTA DE LAS CONSECUENCIAS DE DAR PRIORIDAD SÓLO AL TURISMO

A comienzos del mes de junio Cantabria entraba en la fase 2 de la desescalada, con libertad de movimientos por toda la comunidad. Entonces, Revilla afirmaba que «la pandemia la tenemos vencida, el bicho está chamuscado” y defendía adelantar la apertura de fronteras al turismo para «salvar el verano». Desde Cantabria No Se Vende (CNSV) recuerdan que emitieron un comunicado en el que advertían que esas medidas serían contraproducentes para la población en el medio plazo e instaban a apostar por el turismo interno.

El 19 de junio, la situación sanitaria estaba relativamente controlada, cumpliendo un mes sin fallecimientos relacionados con la Covid-19: 37 positivos registrados y únicamente 3 personas hospitalizadas. A 31 de agosto, según los datos del mismo Gobierno autonómico que CNSV critica por sacar pecho por las cifras de ocupación turística, la situación ha cambiado claramente, con dos fallecimientos la semana pasada, más de 1.100 enfermos y 10 veces más personas hospitalizadas.

La asociación, que está detrás de la Red Cántabra de Apoyo Mutuo que surgió durante el Estado de Alarma, opina que los diferentes gobiernos han antepuesto en sus normativas el beneficio de la patronal a criterios sanitarios y sociales. La gente cuestionaba por qué se clausuraban mercados al aire libre mientras abrían las grandes superficies, qué sentido tenía condicionar ir al monte a pagar a una empresa de tiempo libre o por qué las medidas se volvían permisivas en el consumo hostelero.

La reapertura de la finca del faro de Ajo estos días, tras pasar todo el verano cerrada “debido al coronavirus”, les parece el último ejemplo que demuestra que las medidas no siempre ponen la vida en el centro.

CNSV usa un tono duro contra la patronal hostelera cántabra, «que no destaca precisamente por su responsabilidad social». Por eso les parece preocupante que la totalidad de fuerzas políticas presentes en el parlamento autonómico legislen, según ellos, a su conveniencia.

Aún así, la Consejería de Turismo anunciaba un plan de 8,3 millones de euros para el turismo, con una partida de 2 millones de ayudas. Pero este colectivo cree que la dirección del modelo económico debería ser distinta, hacia otro desestacionalizado, regulado, integrado y que cuide del patrimonio.

La alegría del sector turístico por las cifras de agosto contrastan, en opinión de CNSV, con la precaria situación en la que se encuentran la Sanidad, la Educación o las residencias de mayores, que sufren los recortes y siguen con preocupación la evolución de la pandemia. Y a eso añaden la precariedad de los propios trabajadores del sector turístico, teniendo que enfrentarse a una temporalidad en un contexto peor que de costumbre.

CNSV ve que ahora llega septiembre y se puede disfrutar de los lugares sin masificación, pero con la pandemia descontrolada y los efectos que esto produce sobre todos los sectores sociales y económicos.

Al menos, dicen, cada vez hay más conciencia social de lo insostenible de este modelo que premia el turismo masivo y la necesidad de cambiar de rumbo hacia otro que ponga la vida de las personas en el centro, con la soberanía alimentaria, la inversión en I+D+i, el tejido industrial, o los servicios públicos y sociales como ejes, concluyen.

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