Cantabria lanza un proyecto piloto de calificación crediticia para PYMES que facilitará a las empresas la obtención de liquidez
Cantabria lanza un proyecto piloto de calificación crediticia para PYMES, organizado por la Cámara de Comercio, que servirá para facilitar que medianas y pequeñas empresas de la comunidad puedan obtener liquidez mediante la inversión externa o la financiación.
Este convenio de colaboración ha sido presentado hoy por Modesto Piñeiro, presidente de la Cámara de Comercio, Alberto Sánchez Navalpotro, CEO de Inbonis Rating –única agencia de calificación crediticia especializada en pymes registrada por la Autoridad Europea de Mercados y Valores (ESMA), y el consejero de Innovación, Industria, Transporte y Comercio, Francisco Martín.
Durante la presentación del proyecto, Francisco Martín, cuya Consejería colabora a través de Sodercan, ha celebrado la oportunidad que supone para las PYMES, ya que “hará falta liquidez, tanto para crecer como para sobrevivir” por lo que se hace imprescindible ese “certificado de salud” de las PYMES de Cantabria para que puedan acudir a las entidades de financiación y ofrecer una garantía de solvencia.
A su vez, Martín ha agradecido a la Cámara de Comercio que haya traído este proyecto piloto a Cantabria, ya que “han aportado algo que las PYMES de Cantabria necesitaban”. Asimismo, ha animado a las empresas a acercarse a la Cámara de Comercio y obtener su calificación crediticia.
Por parte de la Cámara de Comercio, Modesto Piñeiro ha destacado que este convenio persigue la “excelencia crediticia” de las PYMES de Cantabria, “atraer inversores y dar confianza a los socios, proveedores, o entidades financiaras”. Asimismo, ha afirmado que se trata de algo “innovador, ya que normalmente se hace para grandes corporaciones pero no suele hacerse en PYMES”.
El CEO de Ibonis Rating, Alberto Sánchez, ha explicado que la calificación crediticia es una herramienta que permite “generar confianza en la economía y da una opinión prospectiva sobre la salud financiera de una empresa”, que permitirá “demostrar su calidad crediticia y atraer capital”.
La calificación crediticia consiste en analizar exhaustivamente el nivel de solvencia de la empresa a través de la deuda, que permita emitir una calificación de la misma y que pueda servir internamente a la propia empresa para la medición de sus procesos financieros y a su vez sea expuesta a inversores externos para que puedan apostar por invertir en estas organizaciones, ampliaciones de capital, etc, acorde al interés que suscite para ellos la misma.
El proyecto está orientado a empresas, tanto públicas como privadas, que tienen una facturación a partir de dos millones de euros y que comienzan a ser susceptibles de inversión por terceros. Además, persigue que las entidades financieras puedan utilizar la calificación crediticia para simplificar y reducir sus gastos de gestión y análisis de las pymes que solicitan financiación, contribuyendo así a agilizar el flujo de crédito.
A su vez, el Banco Santander ha visto el proyecto como de elevado interés y desea poder estudiar opciones de beneficios en la financiación a las empresas calificadas con buen rating, puesto que una buena calificación supone una elevada reducción del riesgo.