El Yerbabuena cierra una etapa
Hay algo en el Yerbabuena que hace que digas «casa».
La decoración, una carta en la que predominan las verduras o los hojaldres, los cuadros, los carteles de las paredes con mensajes feministas o sobre refugiados en un local que no es que no rehúya, sino que hace gala del compromiso…, e incluso esa parte de punto de encuentro que hace que encontrarte en las demás mesas una cara conocida es una posibilidad cierta.
El restaurante Yerbabuena cierra una etapa con la jubilación de Chuska, Teresa Alvárez, que finaliza su período en tiempos extraños de pandemia. Y que gana más tiempo para la otra faceta de su vida: el compromiso.