I lost my baby

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Me interpeló en mitad de la noche. No estaba almacenado entre mis recuerdos, tampoco en una aplicación de internet, ni en una lancha de salvamento en el mediterráneo. El grito estaba allí mismo, al alcance de todo el que quisiera escucharlo, en el espacio que va del sueño a la vigilia, donde ni ella ni yo somos todavía, ni blanco ni negro, ni pobre ni rico, ni hombre ni mujer.

Leí algunos comentarios. La culpa era suya por imprudente. A quién se le ocurre huir de la miseria y de la violencia, buscando un futuro para su bebé. Por no caber, aquí no cabe ni la empatía. También era nuestro grito, desde el rincón del infierno donde nos estamos quemando. Tendremos que arder hasta los cimientos para poder levantarnos.

El niño que no juzga ni etiqueta, que no entiende de raza, condición o religión. El niño que no sabe odiar porque nadie le ha enseñado todavía. Perdimos a ese niño y con él al mundo entero. I lost my baby

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