«No hay que darle bombo a quien niega la violencia machista, pero hay que plantarle cara»
Es 25 de noviembre y esa es una fecha que genera mucho consenso. Claro, la violencia es intolerable, y hay que incluir la que se ejerce contra las mujeres. Pero muchas veces no se pasa de ahí. Por eso es preciso volver a escuchar mensajes que recuerden que esto pasa a nuestro alrededor de manera constante.
La educación es una de las cosas señaladas por nuestras tertulianas en Arco FM. En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, hemos reunido, de manera telemática, a Carmen Martín, coordinadora de la Asociación Ciudadana Cántabra AntiSIDA (ACCAS), a Kiara Brambilla, que forma pàrte de Ojuca, la sección juvenil de UGT en Cantabria, y a Vanessa Montes, secretaria de la Mujer del PRC.
La generación futura muestra algunos indicios que preocupan. Puede ser uno el de que haya un mayor control del hombre hacia la mujer. El teléfono móvil, si no es exclusivamente de uso personal y el hombre accede a él a voluntad, ya estamos viviendo un caso de violencia. Porque se manifiesta de muchas formas. Y en lo que a derechos concierne, hay que vigilar si se va mejorando o sise dan pasos atrás.
Por ello, Brambilla cree que es importante la concienciación, pero también el apoyo por parte del entorno de una mujer. Si se hace consciente de que está sufriendo un comportamiento violento hacia ella, es importante compartirlo y que las personas que se hacen conocedoras de la situación puedan respaldar, por un lado, y rechazar esa determinada actitud, por otro.
Y es que no todo el mundo sabe identificar dónde está surgiendo una situación que genere un sufrimiento. Muchas veces, eso no se nota si quien sufre no lo cuenta, y pueden pasar muchos años hasta que sea capaz de verbalizar lo que le sucede.
Por si esto fuera poco, el consenso no es completo si miramos al ámbito de la política. Las declaraciones institucionales sólo pueden aprobarse si se las apoya unánimemente, pero hay un partido que se niega en redondo a hacerlo en un caso tan grave como este y que tantas víctimas genera (42 mujeres y cinco niñas y niños asesinados en lo que va de año en España).
«No me gusta dar voz» a esos grupos, asegura Montes. Para ella se trata de un síntoma de que «el patriarcado se revuelve y se defiende». Organizaciones que ponen «palos en las ruedas» y de las que prefiere no hablar.
Martín está de acuerdo con el argumento, pero a la vez hablar de defenderse, a su vez, de esos comportamiento. «No hay que darle bombo a quien niega la violencia machista, pero hay que plantarle cara», afirma.
Desde su puesto en ACCAS, Martín recalca que hay muchas más cosas, como la brecha salarial, y muchas estadísticas con las que trabajan todo el año y que en días como este tratan de hacerse más visibles para que la sociedad las tenga más presentes. Y ella añade que las mujeres que tienen el SIDA tienen aún más complicado, por ejemplo, acceder a un trabajo. «Un 14% más» que un hombre en esa misma situación.
Y también nos habla de la situación de las mujeres que están en centros penitenciarios, también discriminadas, por ejemplo en El Dueso, en Santoña. Ellos, los presos, tienen todo tipo de servicios, incluso para poder jugar al tenis, mientras el patio de ellas, que son ente 10 y 15 mujeres, es poco más que un muro.