La “rabia” por tener que elegir entre exilio, paro o precariedad
Decenas de jóvenes se han concentrado este lunes frente a la sede del Gobierno de Cantabria, convocados por Cantabria No Se Vende, para denunciar las opciones vitales a la que se ven abocados: exilio, paro o precariedad.
Ese es el lema de la campaña que han desarrollado durante las últimas semanas, en la que han testimonios de cántabros abocados a buscarse el futuro fuera de la tierra, y que ha culminado, tras remitirlas al propio Ejecutivo autonómico, con esta concentración, a la que también han acudido representantes de Izquierda Unida y Cantabristas.
Historias como las de Álvaro, torrelaveguense, quien en su postal habla de la “rabia” que siente cada vez que tiene que alejarse, “otra vez”, de casa, desde hace nueve años, de “una tierra que expulsa a sus hijos”. Y “rabia” también por los “dinosaurios que nos gobiernan, títeres del poder que niegan un futuro de dignidad a nuestra gente”.
O la de Carlota, que desde hace seis años desayuna “en una taza que no es la mía”, y que, tras haber sido camarera, limpiado casas o dado clases particulares, ha logrado trabajar en lo que se formó, educadora social, pero no en casa, porque “Cantabria aún no tiene capacidad de acoger a todos los que nos fuimos buscando un futuro mejor”. “Siempre tendré que elegir entre vivir en mi tierra o vivir de la educación social”, asume.
Julio cuenta que es “uno de tantos que se han ido de su tierra” ante la falta de plazas, en este caso en la universidad.
Un camino, el de irse de Cantabria para acabar en Barcelona, que para Izzy empezó como teleoperadora, y luego en un hotel “que no pagaba”. En su postal, Pablo advierte de que “un territorio que expulsa su juventud está condenado a la precariedad”
Estos testimonios fueron enviados al Gobierno hace ya dos semanas.
Casi el 60% de la juventud cántabra está desempleada, muy por debajo del 17,6% de la media europea.
Desde Cantabria No Se Vende denuncian que el modelo económico de “turismo rápido y pelotazo inmobiliario que se lleva impulsando durante décadas en Cantabria es el principal responsable de la falta de oportunidades laborales dignas”.
Y critican que se trata de un “modelo económico insostenible, incapaz de generar oportunidades formativas y de empleo dignas, que condena a miles de cántabras y cántabros a buscar un futuro lejos de su tierra”.
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