Según publica el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, durante el año 2020 se han comunicado un total de 301 partes de enfermedad profesional en Cantabria. Esta cifra supone un descenso de 32,96% respecto a 2019 y, del total, 176 corresponden a partes con baja y 125 a partes sin baja.

Este acusado descenso rompe la tendencia de aumento en la notificación de enfermedades profesionales que se experimentaba en la Comunidad desde 2012, año en el que se alcanzó el nivel más bajo de notificación, y devuelve a registros similares a los del año 2013.

Estas cifras no han impedido que Comisiones Obreras de Cantabria denuncie la falta de detección de las enfermedades profesionales porque , dicen, «existe un enorme problema de subregistro, lo que siempre es una mala noticia en términos preventivos porque supone un retroceso en el proceso de aflorar los daños originados por el trabajo en forma de patologías de origen laboral».

El grupo de enfermedad con mayor notificación es el de las causadas por agentes físicos, tal y como sucede cada año. En 2020, acumula el 83,72% de los partes, fundamentalmente por trastornos musculoesqueléticos. «Es muy alarmante», ha calificado el sindicato, que todos los años el grupo con menor notificación sea el de las enfermedades por exposición a agentes cancerígenos.

En 2020, no se ha comunicado ningún caso en Cantabria y solo se han comunicado 50 cánceres de origen profesional en toda España, lo que supone «un escandaloso subregistro por que las estimaciones más prudentes indican unos 10.000 casos anuales de cáncer de origen laboral en España».

Analizando la distribución de partes por sexos, las mujeres siguen presentando en Cantabria más partes con baja que los hombres. Los partes de enfermedades profesionales con baja se concentran principalmente en los sectores de la industria manufacturera, comercio y hostelería, y actividades sanitarias y de servicios sociales.

El análisis de la evolución trimestral del número de partes muestra cómo en el primer trimestre del año se notificó un número ligeramente superior de partes que en los ejercicios anteriores pero, tras el inicio del Estado de Alarma y el confinamiento, el número de partes cayó de forma acusada en Cantabria.

A pesar de la pandemia, no obstante, «las enfermedades profesionales son la gran asignatura pendiente de la prevención de riesgos laborales para Cantabria y para el resto del país», ha señalado Laura Lombilla, secretaria de salud laboral del sindicato en Cantabria.

«Llevamos mucho tiempo denunciando que estos datos de registro están ocultando lo que sucede realmente porque lo que no se registra no existe», ha incidido Lombilla, que ha recalcado que «así no puede funcionar la prevención porque se están produciendo daños en la salud de la población trabajadora que tienen un claro origen laboral y están pasando desapercibidos porque no se registran y no se toman medidas preventivas frente a ellos, situando a las personas trabajadoras en una situación de desprotección».

La notificación de partes de enfermedad profesional que se han producido en 2020 y en los últimos años en la Comunidad Autónoma es «totalmente insuficiente» para que las enfermedades profesionales salgan a la luz y puedan ser tratadas y evitadas en futuros casos, «por lo que de no mejorar su afloramiento continuaremos teniendo un grave problema en el corto plazo», ha reclamado la secretaria de salud laboral de CCOO.

Comisiones Obreras de Cantabria ha reclamado una vez más la imperiosa necesidad de cambiar el sistema de notificación de las enfermedades profesionales y acabar con el negativo papel de las Mutuas en el proceso, ya que son los organismos responsables del reconocimiento del origen laboral de las enfermedades, y que en un porcentaje de los casos los califican como enfermedad común guiados por criterios económicos.