Patrimonio, dispuesto a colaborar con el Ayuntamiento de Potes para encontrar una solución al pavimento de la calle Cántabra
La Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica ha trasladado su “firme voluntad” de colaborar con el Ayuntamiento de Potes para que éste presente una solución constructiva sobre las obras de urbanización de la calle Cántabra, que permita armonizar los intereses públicos y privados implicados y dar cumplimiento a las normativas de protección del patrimonio cultural y de accesibilidad universal.
Así lo ha manifestado la directora general, Zoraida Hijosa, que ha expresado su plena disponibilidad, así como la de los técnicos de la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, para analizar las y buscar propuestas alternativas que pueda plantear el Consistorio en relación con el pavimento a emplear en la calle Cántabra.
Al tiempo que ha compartido el interés municipal por concluir dichas obras de urbanización a la mayor brevedad posible, se ha referido a la obligación de su departamento para velar por la debida protección y conservación del patrimonio cultural de Cantabria. Dicha protección, ha señalado, pasa por recuperar el pavimento de canto rodado original de la calle Cántabra ya que el informe de los técnicos de la Consejería concluye que las obras de sustitución del pavimento de cantos rodados por pavimento de baldosas de piezas regulares de piedra incumplen lo establecido en la normativa vigente y en concreto el art.53.2 de la Ley 11/1998, art.20 y 74 del Plan Especial y art.11.7.3 del PGOU vigente.
Todo ello, ha añadido la directora general, sin perjuicio de poder estudiar soluciones alternativas que, como se han aplicado en otras calles del conjunto histórico de Potes, puedan incluir puntalmente la pavimentación con losas.
Según se recoge en la documentación remitida por el Ayuntamiento de Potes, las obras, que afectan a una superficie de 269 metros cuadrados, consisten en “resolver la accesibilidad, subsanar los problemas de saneamiento y mejorar la estética general en la calle Cántabra de Potes”. Para ello, se contempla la renovación y mejora del pavimento, la modernización de la red de saneamiento y la eliminación de tendidos aéreos y conducciones por fachada de las redes de electricidad, telecomunicaciones y alumbrado público.
El pasado 1 de febrero, la Dirección General de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica ordenó al Ayuntamiento de Potes la paralización de las obras de urbanización de la calle Cántabra, solicitando el proyecto, informes y demás documentación administrativa relativa a la autorización y aprobación de la obra, debido a que el Consistorio no había cumplido con el trámite de notificar la licencia de obra concedida o la autorización de las obras, tal y como exige el artículo 64.4 de la Ley 11/1998, de 13 de octubre, de Patrimonio Cultural de Cantabria (LPCC) y el artículo 20.4 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Español (LPHE).
Desde Izquierda Unida, su responsable de Área Cultural, Ainara Bezanilla, recuerda que ya advirtieron en su momento de que estas obras vulneraban el propio Plan General de Ordenación Urbana de Potes, que en su artículo 8 menciona expresamente el uso de materiales tradicionales en las calzadas.
“¿No conoce el alcalde de Potes su propio Plan General?”, inquiría Bezanilla, quien también ha lamentado la “falta de control” previo tanto municipal como autonómico que ha hecho que se haya “llegado tarde”. Por tanto, desde Izquierda Unida piden a la Consejería de Cultura “contundencia” con “todas las agresiones al patrimonio” y al PP en este caso, pero también al PRC o PSOE en cualquier otro, que “asuman de una vez” que “destruir el paisaje y el patrimonio no trae más que pobreza, ruina y desarraigo”.
«Compartimos la necesidad de realizar saneamientos para mejorar los servicios públicos de los vecinos y esto ha de ser compatible con la conservación del estado original de los elementos que no tienen que ser modificados por esas obras, como es el pavimentado, que forma parte del patrimonio igual que el resto de la villa, declarada Bien de Interés Cultural en 1983», afirma Ainara Bezanilla, responsable del Área Cultural de IU.
Y añade: “no podemos atender solo al plano legal, ya que existe una realidad cultural y sentido y criterio estético que no es baladí ni debe obviarse, sino que se educa, se estudia y tiene siglos de historia”.