Santoñeses lamenta que se haya “consumado” la destrucción del ala oeste del antiguo Hospital Militar
El partido Santoñeses ha lamentado que el pasado viernes se haya “consumado” la destrucción del ala oeste del antiguo Hospital Militar, con el inicio de las obras.
Con ello, advierten se está “negando a futuras generaciones la posibilidad de conocer y disfrutar una parte esencial de nuestro pasado colectivo” en “un proceso al que se han dedicado en cuerpo y alma desde 2015, intentando convertir en un negocio todo el área del antiguo Hospital”.
Y todo, agregan, mediante un proyecto que, cuando los socialistas eran oposición, definían como «especulación pura y dura» pero que ahora, por oscuros motivos que deberían explicar, hacen propio, tratando de desprestigiar a quienes lo seguimos viendo, como ellos antes, un negocio especulativo y nocivo para los intereses generales de Santoña”
“El viernes fue un día triste para los muchos santoñeses que piensan que hay otra forma de hacer política, como, por ejemplo, la usada en el Palacio Manzanedo y su jardín, dónde hoy están nuestro ayuntamiento y un parque público, en lugar de la urbanización de chalets proyectada en los años 90. Aplicar ahora una fórmula similar a aquella hubiera permitido conservar íntegro el antiguo Hospital Militar, desarrollando su entorno de forma acorde a la historia y en beneficio del interés general de los vecinos, tal y como preveía el PGOU de Santoña antes de su sospechosa modificación puntual ad hoc que previó la construcción de un bloque de pisos y garajes subterráneos en el «entorno de protección» del BIC –Bien de Interés Cultural-, un proyecto que exigía la demolición de parte de nuestra historia”, señalan.
Para ellos, “el denigrante espectáculo de demolición al que asistimos desde el pasado viernes, tan largamente anhelado, no habría sido posible si, en el debate entre los partidos en el poder y Santoñeses, pequeño grupo local, no hubiera sido «juez y parte» la infame maquinaria destructora de PSOE-PRC que, en puestos para proteger el patrimonio cultural en nuestra región, en lugar de abstenerse por su evidente interés en el debate, se han puesto, tan lógica como ilegítimamente, de parte de sus correligionarios locales”.
Y contraponen esa actitud con la paralización de las obras en Potes: “¿lo harían también si el alcalde fuera de otro color político?” u otras situaciones recientes.
También inciden en que los trabajos se iniciaron “de forma acelerada”, “sin siquiera notificar -como es legalmente obligatorio- la licencia de obras a la Consejería de Cultura”, además de cuestionar el método para el derribo.
“La demolición en marcha no supone, en ningún caso”, advierten, “punto y final a este asunto, pues además del ala y entorno en proceso de destrucción -que habría que reconstruir- quedan cuestiones como la pretensión de edificar pisos y garajes en el lugar atropelladamente demolido, el posible negocio/compra del edificio principal y su jardín por el Ayuntamiento, quién decidirá la forma en que sería restaurada la fachada oeste tras el boquete generado”, por lo que adelantan que permanecerán “atentos”.