Cantabria ConBici defiende la viabilidad de destinar espacio para aparcar bicis en aparcamientos subterráneos en Santander
La asociación Cantabria ConBici reivindica el papel que esté teniendo el uso de la bicicleta y la movilidad sostenible en general en el debate público en la comunidad, citando referencias a nivel institucional como los planes de la Consejería de Obras Públicas o del Ayuntamiento. Medidas que se suman al debate abierto en Santander a raíz de la propuesta socialista de impulsar la candidatura de la ciudad como Capital Verde Europea, o las distintas reivindicaciones de las Mesas de Movilidad –este mismo martes, nuevo problema con una línea de cercanías suspendida en Cantabria–.
“Desde la asociación Cantabria ConBici, toda actuación en beneficio de una movilidad sostenible nos parece acertada, y aunque algunas obras de las anunciadas, aun siendo excesivamente costosas nos parecen muy necesarias, creemos también que se pueden ejecutar actuaciones mucho menos gravosas, pero con igual o mayor beneficio para una movilidad más sostenible”, subrayan en un comunicado.
Entre esas medidas, citan la de adecuar para su uso ciclista y peatonal los arcenes de las carreteras autonómicas, dependientes del Gobierno de Cantabria, y algunas otras nacionales, dependientes del Ministerio de Fomento.
“Dotar a dichas carreteras, la mayoría con bajo tránsito de vehículos debido a las autovías transversales ya existentes, de unos arcenes más amplios y limpios, con un mantenimiento periódico y separados claramente de la calzada destinada a los vehículos a motor, y que conllevaría por tanto la reducción de la anchura en algunas de estas vías, posibilitaría el poder circular con la bicicleta o andando por ellas de forma más segura que la actual, y también sería una forma de impulsar y fomentar el turismo verde en nuestra territorio, mucho menos contaminante y de gran auge en Europa”, explican, citando como ejemplo y “modelo a seguir” la actuación llevada a cabo en la carretera que une Puente San Miguel con el alto de Quijas.
En Santander, plantean que la idea de los amarres cerrados para bicicletas no sea una “actuación aislada”, sino que debe complementarse con otras iniciativas.
En este sentido, recuerdan que “el objetivo de instalar aparcamientos-amarres adecuados y seguros para las bicicletas en el municipio de Santander pretende impulsar el uso de la mismas pues, entre otras razones, los ciudadanos tendrán menos miedo a la hora de salir de sus casas con su bicicleta y saber que las podrán utilizar y guardar en espacios seguros, lo que, aparte de tranquilidad, les ahorrará tiempo a la hora de utilizar la bici para su uso cotidiano”.
Por tanto, para la normalización del uso de la bici como transporte habitual en la capital, es necesario la instalación de amarres seguros para las bicicletas por todo el municipio y no solo en las zonas centrales o de ocio, como desde Cantabria ConBici ya han trasladado a César Díaz “en numerosas ocasiones”.
Su propuesta pasa por la utilización de los espacios muertos de los aparcamientos subterráneos de los 16 que hay repartidos por toda la ciudad, o incluso dedicar para tal fin un número de plazas destinadas a coches.
Partiendo de una iniciativa propia, desde Cantabria ConBici han realizado un muestreo en varios aparcamientos subterráneos de Santander, y han comprobado que “la propuesta puede ser perfectamente viable y negociable desde el Ayuntamiento con las empresas concesionarias”.
A esta experiencia sobre el terreno suman las de actuaciones similares realizadas en otros municipios.
“Esta acción multiplicaría exponencialmente el número de amarres para bicicletas disponibles y con un precio de puesta en servicio mucho menor que los aparcamientos inteligentes que se van a instalar próximamente, en los que por contra el coste económico por plaza es bastante elevado, además de necesitar de un mantenimiento mayor”, argumentan.
En definitiva, esperan que el protagonismo de la bicicleta en el debate público se deba a que los gestores estén convencidos de los problemas que genera el cambio climático y la contaminación, y que no sea una “moda”.